La puesta del mayo y todo el abanico de festejos que tenían lugar antaño en los pueblos de Zamora es el hilo conductor de las fiestas de quintos que se siguen celebrando en lugares de la comarca del Vino como Corrales, donde el arraigo de esta tradición ha logrado reunir, este verano, en el pueblo a más de cien personas, repartidas en tres quintadas: la de los 50, 60 y 65 años.

Las nuevas tecnologías han favorecido mucho las cosas, pues son la herramienta principal para localizar a aquellos compañeros procedentes del pueblo pero que por motivos de trabajo se han desplazado a vivir en comunidades como Asturias, Cataluña, especialmente en Barcelona, o Galicia.

Poco a poco estos encuentros han traspasado fronteras provinciales y los implicados en estas celebraciones buscan ellos mismos ponerse en contacto con los organizadores para fijar fecha en el calendario y elaborar conjuntamente un programa muy similar al que ya se realizaba en los años en que estos mozos se licenciaron como mayores de edad y partían a cumplir con la disciplina castrense no sin antes plantar el mayo, símbolo de virilidad.

En aquellos años, como ahora, Corrales siempre tuvo un punto de encuentro especial, El Plantío. Un gran prado adecuado hoy día para uso recreativo que hace más fácil y agradable la reunión de grupos numerosos. Hasta allí se dirigieron los componentes de las tres quintadas para celebrar una comida de hermandad que constituía un punto y seguido, y el acto central de una serie de actividades que se realizaron en torno a este encuentro. Así, la víspera los quintos se entregaron al enramado de remolques, tal y como se realizaba en el pueblo el 15 de mayo, coincidiendo con la festividad de San Isidro «para protegerse de la solana», explica uno de los quintos de los 50, y la tradicional y divertida puesta del mayo.

Los recuerdos en torno a esta celebración son muy parecidos en las gentes del mundo rural, donde la novedad está ahora en la incorporación de la mujer en este tipo de eventos . En el caso de las tres quintadas que se reunieron en Corrales las y los consortes participaron igualmente de la fiesta, que ha servido para estrechar lazos y recuperar el hilo de comunicación, quizá en algunos momentos perdido por circunstancias vitales ajenas a su deseos.