Cecilio Vidales ha presentado este verano su octavo libro. En esta ocasión dedicado a la localidad de Villalube desde sus orígenes hasta la actualidad. El escritor nos desvela sus entresijos y curiosidades sobre el pueblo de la Tierra del Pan.

-¿Qué cuenta en el libro sobre Villalube?

-Va fundamentalmente dirigido a los inicios de Villalube y Lenguar, que son dos pueblos distintos, independientes. Nacen en la alta Edad Media en los siglos XI y XII que van teniendo autonomía hasta pasados cuatro o cinco siglos. Tienen sus concejos independientes, sus iglesias (San Esteban y San Miguel), hasta que en el siglo XVII Lenguar queda despoblado.

-¿Por qué?

-La despoblación de nuestros pueblos era bastante habitual porque se crearon muchos núcleos de población durante la Reconquista y la mayoría de ellos iban perdiéndose por la peste, la sequía, la presión fiscal... de tal manera que entre la crisis del siglo XIV y la Cristi demográfica del siglo XVII desaparecieron muchos, entre ellos, Lenguar.

-¿Qué numero hace el libro sobre Villalube dentro de su bibliografía?

-Es el octavo en los últimos diez años y entre ellos ha habido folletos turísticos y diversos temas que he ido sacando en el anuario del Florián de Ocampo.

-¿Qué es lo más pintoresco ha descubierto sobre Villalube y el desaparecido Lenguar?

-He encontrado cosas interesantes. De Villalube hallé que tenía castillo, de tal forma que aún quedan vestigios en la toponimia como la Laguna del Castillo o la calle Trascastillo, a pesar de que no queda ningún resto material. Había también cuatro ermitas: Santa Justa, Santiago, San Roque y Santa Cruz de las que tampoco queda nada, excepto de la Santa Cruz de la cual queda un crucero que está a la entrada del pueblo. Y en Lenguar entre las muchas cosas curiosas que se encuentran está el que fuera comprado por los monjes de San Jerónimo de Montamarta por un millón de maravedies en 1483. Lo tuvieron como dehesa hasta la desamortización en el siglo XIX.

-¿Hay algún tema delicado?

-Sí, el tema de los terrenos de Lenguar con la Fundación González Allende, que terminó en litigios judiciales en 1992.

-¿Y algún mito?

-Sí, como que en Lenguar hubo un convento. No, lo cierto es que hubo una orden religiosa y en la casa rectoral vivía un solo fraile, pero como durante cuatrocientos años hubo siempre un fraile jerónimo la gente piensa que tenía que haber por asociación todo un convento.

-¿Queda algún resto histórico en Villalube?

-El crucero, que estoy seguro que estaba delante de la puerta de la ermita de la Vera Cruz. Pero de la prehistoria no se ha encontrado nada en este municipio.

-¿Hay ahora mismo algún vestigio de Lenguar?

-Lo que queda son unas piedras sonde estaba la antigua iglesia y las casas que hay son posteriores a cuando se hicieron las dehesas en el siglo XIX y XX.

-¿Cuánto ha tardado en hacer el libro?

-El libro nace porque fui a dar una conferencia hace un año a la localidad y el alcalde me lo pidió para este año. Pero no se ha elaborado en un año porque la recopilación está hecha de antes de cuando y fui a impartir la conferencia, casi el 80 por ciento del material. Este último año me he dedicado a redactar a recopilar algunas cosas.

-¿Cuántos ejemplares se han tirado?

-Se han hecho 600 y tras la presentación del libro el pasado mes de julio parecen pocos porque la gente que emigró del pueblo en los años 60 a otras ciudades de España o al extranjero están deseando tener un libro de su tierra. El sistema de venta se ha hecho inicialmente con un reparto entre los vecinos de allí y luego el resto se pide un donativo a la gente para un fin social.

-¿Quién lo ha editado?

-El Ayuntamiento.

-¿Qué proyectos tiene después de este libro?

-Sigo trabajando con la genealogía de Coreses de cien apellidos en 100 años, que ya es bastante. Luego voy a seguir investigando asuntos que tengan que ver con la Tierra del Pan.

-¿Le queda por hacer algún libro de pueblos?

-No. De momento no. Pero según me comentan parece que un pueblo gana en prestigio cuando hacen un libro sobre él.

-¿Satisfecho con éste?

-La verdad es que si. Las fotos, todas en color, algunas actuales, realizadas por mi hija, Cristina Vidales y otras que han sido aportaciones de los propios vecinos y están deseando colaborar en ello.