Francisco Sejas Mielgo, nacido el 24 de diciembre de 1927, a sus 83 años, compartía la alegría con sus paisanos de la tercera edad por su flamante nuevo centro social.

-Cuéntenos un poco su vida y obra por tierras alistanas.

-Yo nací en Castro de Alcañices y allí me crié y me casé. Conseguí trabajo como electricista en la empresa Iberdrola y en 1957, con treinta años, me trasladaron a San Vitero y aquí llevó ya cincuenta y tres años. Soy un vecino más.

-¿Crearon una asociación para realizar sus actividades?

-Efectivamente, fue en 2002, y la llamamos «San Víctor», en honor del patrono del pueblo. Actualmente somos 102 socios entre hombres y mujeres, la mayoría de San Vitero, pero también los hay de San Juan del Rebollar, El Poyo, Grisuela y Villarino Cebal. Los jubilados primero tuvimos un local en la «Casa del Ermitaño» del santuario del «Cristo del Campo», pero nos quedaba un poco lejos. Luego nos fuimos a un inmueble particular en las junto a la plaza de la iglesia.

-¿Se les ve muy contentos con el nuevo Centro Social?

-Es lo mejor que podíamos haber hecho, a mi, la verdad, se me sale el corazón de alegría. Está muy bien y en él podremos reunirnos todos los miércoles, sábados y domingos. Hacemos cursos de gimnasia, bailes, jugamos a las cartas o vemos la televisión.

-¿Consideran viable la puesta en marcha de un comedor social?

-Es una cosa necesaria que esperamos, una vez se termine de amueblar, pueda abrirse para el próximo año. Estamos muy agradecidos a todos cuantos han contribuido ha hacer realidad el sueño del Centro Social.