Asturianos entregó ayer a la Virgen del Carmen a su altar, a su ermita, en su día grande tras tres días de fiesta y después de pernoctar el sábado en la Iglesia de la Asunción. La procesión vespertina con la imagen de la patrona asturiana salió puntual desde la iglesia parroquial para recorrer el trayecto hasta la capilla, rodeando algunas calles céntricas de la localidad precedida por el estandarte de la Cofradía del Carmen y la Cruz, escoltada por sus fieles. El sábado, en la procesión de la noche, los vecinos del pueblo llevaron en andas y escoltada por velas la imagen para recibir ayer su homenaje mayor.

Un alto en el camino para el relevo de los porteadores, otro alto en el camino para rezar la salve. Paso a paso la imagen fue navegando hasta llegar a su puerto de piedra. Con un «viva la Virgen del Carmen» entrecortado por la emoción y una salve de cohetes y serpentinas la imagen enfiló sus últimos paso al interior del templo, entre aplausos de las personas que poco a poco entraban en el templo. Entre un tapiz de pétalos de flores, serpentinas y papeles de colores la imagen se despidió antes de entrar «aquí, a su casa, donde estará hasta el año que viene» decía un vecino de Madrid natural de Asturianos. A lo largo del recorrido no faltaron los himnos marianos entonados por el grupo de folclore Los Chirlos.

Con cinco minutos de aplausos en la Iglesia Parroquial y antes de la misa de la una de la tarde el pueblo agradeció al párroco, Alfonso Prieto, su trabajo y dedicación en promover la restauración de los altares.

La imposición de escapulario precedió a la popular subasta que abrió el subastero Alejandro Páramo con un hermoso gallo de corral, que salió al ruedo de euros por unos 65 euros. Los entendidos afirmaban entre cifra y cifra que la crisis ha hecho mella en los bolsillos, aunque ayer aún se pagaron 30 euros por un bollo casero o 50 por una medalla de la Virgen. El jamón, las magdalenas y el lomo abrieron el apetito de la concurrencia, aunque el bolsillo no era tan sobrado. Asturianos comenzó sus fiestas el pasado viernes con el colorido y animando pasacalles que invitó a todos sus vecinos y visitantes a sumarse a la fiesta.

La novena marcó el momento de recogimiento a lo largo de las vísperas de fiestas. Las partidas de tute, la competición de tiro y los juegos infantiles repartieron diversión entre todas las edades a lo largo de la programación del sábado. La despedida será hoy lunes con la misa de difuntos y una comida de hermandad para los cofrades y una última traca de juegos infantiles.