La vía de comunicación que une Palazuelo de las Cuevas y Villarino Cebal comienza a preocupar a vecinos y usuarios, por el «lamentable estado de abandono» que presenta, y que ya dificulta y limita el tránsito de vehículos. El riesgo es mayor cuando se cruzan dos vehículos y muy especialmente en las horas de la noche.

Se trata de uno de los caminos asfaltado del antiguo Plan de Ordenación de Explotaciones «Sayago-Aliste» de la Junta de Castilla y León y Ministerio de Agricultura, construidos para unir entre si pueblos, con la particularidad de que este sirve también de enlace entre la carretera ZA-P-1040 de Zamora a Mahíde, de la Diputación de Zamora, y la ZA-12 de Alcañices a Villardeciervos. Es un trayecto que además cuenta con una aceptable tráfico de camiones.

El principal problema se centra en la abundancia de maleza ya que la flora ha convertido en un auténtico monte las inexistente cunetas y arcenes, y en muchos de los tramos está ya haciendo lo propio con la calzada asfaltada.

Lo que debería ser zona de tránsito es ahora un verde jardín donde se pueden encontrar desde urces a robles rebollos, e incluso encinas, fresnos, jaras, espinos y zarzas.

La calzada, que no es demasiado ancha, al tener invadida parte de ella por las plantas, incrementa el peligro para los usuarios. El problema mayor es cuando se cruzan dos automóviles y cuando alguno de ellos es de gran tonelaje, pues la única manera de no rozarse entre ellos es arrimarse al exterior y entonces los rayones en chapa y pintura son seguros. Una de las estampas más chocantes, que «delatan la falta de interés institucional por la carretera» según afirman los usuarios, se localiza sobre el mismo puente que da paso a la vía sobre el río Cebal junto al casco urbano de Villarino, que es el término en peor estado.

En este paso los barrotes metálicos de las barandillas forman una incongruente selva donde los fresnos se meten entre ellas e incluso ocupan parte de la zona que en teoría debería estar reserva da a los peatones y a los vehículos.