El Ayuntamiento de Villárdiga denuncia los continuos ataques de lobos que está padeciendo una explotación de la localidad los cuales se han saldado con más de un centenar de becerros muertos en un año.

La última lobada ha tenido lugar el viernes con un saldo de cinco animales muertos y ayer, sábado una vasca de cinco años y el goteo de cadáveres se ha convertido en algo habitual en esta ganadería de vacuno.

Según explicó el alcalde de Villárdiga, José Luis Ruiz, la pérdidas del ganadero ascienden ya a «más de 40.000 euros y tiene problemas para cobrar las reses».

Los animales pertenecientes a una gran explotación de raza alistano sanabresa y limusina pura pastan en pagos repartidos entre los términos municipales de Villárdiga, Villalpando y San Martín de Valderaduey, parte de ellos incluidos en la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila. Ruiz afirmó que a la hora de cobrar «se complica porque los daños ocasionados por los lobos dentro de la reserva si se van a pagar, no se sabe cuando pero confiamos en que lo hagan, pero el resto se remiten a los cotos de caza de la comarca y los responsables de los mismos se oponen a ser ellos los que tengan que abonar las pérdidas».

Según explica el regidor, el mismo contempló a dos ejemplares muy cerca de las vacas la pasada semana cuando fue a ver los restos de las últimas víctimas de los cánidos acompañado por una gente medioambiental. «No se asustaron, hasta le sacamos fotos. Probablemente iban a acabar con lo que había dejado y al vernos se rezagaron. Los cierto es que los lobos en esta zona no solo no se ocultan ante los humanos sino que, a veces, hasta son descarados», prosiguió.

Los cánidos, además de los becerros, no han tenido problemas en atacar a ejemplares adultos a dos de los cuales le han dado muerte y se han comido gran parte de ellos, por lo que se supone que «son más de una manada afincada en la comarca por los daños y por los continuos ataques en diferentes zonas». Ruiz explica que «las quejas del ganadero son fundadas ya que desde mayo del pasado año que saco las vacas a las fincas no pasa un día sin que le maten un animal y así no hay manera de que nadie pueda salir adelante en los pueblos».

El alcalde de Villárdiga asegura que «hay que dejar claro que nos gustan los lobos, no tenemos nada en contra de se mantengan en ciertas zonas de la provincia pero que se tomen medidas para alimentarlos sin que tengan que atacar las cabañas ganaderas y que si lo hacen tomen medidas para pagar. Que la administración haga seguros para ello o lo que sea, con el fin de que no sea siempre el ganadero el que siempre pierda en estos asuntos».

Los ataques a la ganadería de Villárdiga se han producido en parcelas de rastrojeras cercadas a las afueras del núcleo urbano.

Esta granja de ganado vacuno no es la única de la comarca terracampina que padece los asaltos de los lobos, ya que el pasado fin de semana una explotación de ovino de la localidad de Cañizo perdió siete ovejas en otra acción de los depredadores. En este caso el ataque se produjo por la mañana y lo que no se comieron los lobos fue pasto de las aves carroñeras.

El propietario de la granja explicó que las pérdidas serían cuantiosas ya que a los ejemplares muertos había que sumar que «el resto ha reducido la producción lechera por el susto, hasta el punto que han dado 60 litros menos de leche».