El reciente descubrimiento de los restos fósiles de una nueva especie de cocodrilo en Corrales, del que informaba ayer este periódico, restos que serán presentados hoy mismo a las siete de la tarde en la Sala de Tortugas de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Salamanca, supone la incorporación de una pieza más a la importante exposición que da cuenta de la actividad paleontológica desarrollada desde 1965 mostrando cientos de fósiles notables y curiosidades geológicas además de restos de cocodrilos, perisodáctilos, artiodáctilos, primates y peces. La Sala alberga 700 ejemplares de los más de los mil quinientos catalogados.

Este patrimonio se puede ahora visitar todos los miércoles a partir de las diez y media de la mañana, debido a la iniciativa de los responsables de la Sala, que no disponen de personal suficiente como para mantener una exposición permanente de los hallazgos, pero sí han hecho un esfuerzo para que, un día a la semana, las personas interesadas puedan conocer de cerca el sugerente mundo de los seres que habitaron lo que debió ser una tropical Tierra del Vino hace cuarenta millones de años. Además existe la opción de las visitas guiadas concertadas con antelación, y de hecho son varios los colegios de Castilla y León quienes ya han solicitado visita.

Las primeras piezas catalogadas de la sala de las tortugas de la Universidad de Salamanca proceden de un pozo excavado en 1967 en Corrales del Vino, que fueron donadas por Bartolomé Casaseca Mena. Desde entonces han sido constantes los hallazgos en varios pueblos de la comarca, a veces por circunstancias puramente accidentales. Por ejemplo, en 2007 las obras de la autovía Zamora-Salamanca pusieron al descubierto en Cazurra un nivel muy rico de fósiles, «pero de dificilísima extracción», aunque se encontró algún resto, como el de un ejemplar de «allaeochelys casasecai» de Cazurra.

El recorrido por las piezas más importantes de la Sala de las Tortugas es una referencia casi constante a los pueblos de Tierra del Vino. Allí está la «tortuga lisiada» de Corrales. Hallada en noviembre de 1994 en una excavación realizada por Luis Alonso Santiago y Luis Alonso Andrés en la cantera de arcilla «El Tejar» de Corrales del Vino, cata que permitió la extracción de varios ejemplares casi completos de «pelomedúsidos», tortugas tropicales de río. Casi todas eran de color blanquecino excepto un ejemplar negruzco, familiarmente llamado «el eunuco», que presentaba diversos traumatismos por las mordeduras de un cocodrilo. Todo esto sucedía hace 42 millones de años.

La «tortuga bisexual» de Zamora, es el ejemplar «stus 2579». Fue descubierto por Ángel Corrochano en marzo de 1983 en la cuneta de un camino, a dos kilómetros al sur de Jambrina. Era una tortuga fluvial que vivió en el Eoceno medio hace 42 millones de años. Es un ejemplo de supervivencia de un animal minusválido.

De Casaseca de campeán hay, por un lado, «pelomedúsidos», procedentes del yacimiento de «La Laguna», descubierto por Luís Ángel Alonso Matilla en 1972. En él se realizaron excavaciones durante varios años. Se descubrieron nueve cráneos de tortuga y un cráneo y mandíbula del cocodrilo «asiatosuchus», únicos en España. Los «pelomedúsidos» son tortugas fluviales que hoy habitan las selvas tropicales de Sudamérica y de África central. De la misma localidad son los «caretoquélidos», quelonios que hoy nadan en los ríos de las junglas de Nueva Guinea. En España son conocidos desde 1970, cuando Emiliano Jiménez reconstruyó el contorno de un ejemplar procedentes de Corrales. También de Corrales proceden los «pelomedúsidos» encontrados en febrero de 1993 por Luís Alonso, sobre todo un ejemplar bien conservado en las canteras de cerámica «El Tejar» de Corrales. En una actuación de urgencia se procedió a su extracción durante la cual se descubrieron otros siete ejemplares.

En 1968 se produce un hallazgo de restos fósiles al abrir un pozo en Corrales. El doctor Jiménez Fuentes constata por primera vez la presencia del género «allacochelys» en la peninsula iberica, determinando en 1971 una nueva especie, «casasecai». Corrales y los municipios cercanos han dado lugar desde finales del siglo XIX a numerosas publicaciones científicas referidas tanto al estudio geológico, como a los hallazgos de fósiles.

La distribución cronoestratigráfica de los crocodylianos de la cuenca del Duero abarca desde el Cretácico Inferior hasta el Eoceno medio, si bien los afloramientos se concentran en el lapso Eoceno medio y superior. Los yacimientos de Corrales, Casaseca y El Viso han sido datados (Jiménez, 1992a; Cuesta, 1999), si bien el análisis del registro fósil permitió delimitar informalmente en Corrales dos sectores asincrónicos. Hasta el momento sólo se habían hallado tres géneros de Crocodylia en el segundo sector : Diplocynodon, Asiatosuchus e Iberosuchus.