Natural de Madrid, Mario Tecglen afirma estar muy vinculado a la gente sanabresa. «Llegué a Ribadelago con 20 años cumplidos. No había terminado de estudiar la carrera cuando entré de auxiliar técnico. Culminados mis estudios, terminé siendo el segundo jefe del salto, tras el ingeniero».

En Sanabria permaneció desde 1947 hasta el año 1953, «dejando la piel» como aparejador, y disfrutando con plenitud de la naturaleza.

Un hermano del ministro de Franco, Martín Artajo, autorizó entonces la construcción de «una pequeña urbanización» en la margen del Lago (en la gran playa), «con la condición de edificar en un plazo máximo de diez años, que nadie lo hizo, salvo yo». Tecglen construyó una vivienda de piedra, que llama «refugio de pescadores», y que le trae a la cabeza los mejores recuerdos. «Es una casa diseñada por mí y ahí está. Es una preciosidad de casa» expresa.

Pero Mario Tecglen viene a colación porque está convencido de que el Lago de Sanabria prevalece como tal joya debido a la tragedia de Ribadelago.

Recuerda con viveza la crispación social que se desató a principios de la década de 1950 cuando el Estado cedió el Lago a las eléctricas para convertirlo en un embalse. «Llegó una especie de radio macuto de que el Ministerio de Obras Públicas iba a conceder a alguien el aprovechamiento hidroeléctrico del Lago. Yo me enteré porque tenía un amigo en la Dirección General de Obras Hidráulicas, y me dijo que aquello se iba a elevar. Vi que a me jorobaban la casa. Yo conocía al arquitecto Miguel Ángel García Lomas, que luego sería alcalde de Madrid. Hicimos juntos para el Atleti el estadio Metropolitano y, luego, el Vicente Calderón. Pero me callé porque me hizo dar mi palabra de honor de no decir nada a nadie nunca de ninguna forma, porque lo que me hacía era un favor excepcional».

Añade Tecglen que «la noticia cayó como una bomba, y hubo unas reacciones muy fuertes, incluso telegramas a Franco. "Los que hicimos las guerra contigo no lo vamos a consentir", decían algunos. Gentes que habían sido compañeros del sayagués Ledesma Ramos, muy adicta y apegada al régimen anterior».

Tecglen subraya el secretismo con el que se hizo la concesión. (Creo que fue lo último que hizo el ministro del ramo antes de marcharse). Y se concedió a Ideam. S. A. un aprovechamiento hidroeléctrico que elevaba dos metros el nivel del Lago. «Se hubieran cargado el Lago con el cierre porque hay una putrefacción de todos los elementos orgánicos que duran muchos años, que lo dejan todo ennegrecido y destrozado».

Pero el destino del Lago de Sanabria, apunta, sufrió un cambio radical «con el gran caos de Vega de Tera, que se llevó a Ribadelago por delante. Quedó todo arrasado. Yo no conocía ni el paisaje. Era increíble».

Mario Tecglen manifiesta que como solución al asentamiento de la población «Franco manda directamente a la Dirección General de Arquitectura que construya un nuevo pueblo». Pero existía «una desconexión total» entre los diferentes organismos, de modo que comenzó a construirse «sin saber que estaba edificando en un terreno virtualmente inundado por concesión».

«Cuando alguien le dijo el disparate a Jorge Vigón, general del estado mayor y ministro de Obras Públicas, tuve noticia de que fue a verlo. Pidió una gabardina porque hacía frío y llovía, sacó sus prismáticos, miró y creo que blasfemaba. Era un hombre enormemente recto, pero creo que blasfemaba porque el disparate era tremendo» expresa el escritor. En sus fueros internos piensa que para que los concesionarios del aprovechamiento hidroeléctrico del Lago renunciaran «seguramente tuvo que indemnizar formidablemente». Pero la consecuencia de todo ello es que «gracias a la desgracia de Vega de Tera el Lago no fue convertido en un embalse».

El proyecto de la presa de Vega de Tera «era perfecto. Lo hizo Federico Godez, que estaba muy cotizado. Lo miraron con lupa y no pudieron decir ni pío. Lo que falló fue la construcción» manifiesta Tecglen.

En su teoría, debido a las bajas temperaturas no hubo «solidaridad entre el mortero de agarre y la mampostería, y la presa se calculó siendo un elemento homogéneo todo ello».