La recolección de setas se relaciona tradicionalmente con el otoño o la primavera. Sin embargo todas las estaciones del año regalan a los amantes de la naturaleza y la micología el afloramiento de hongos. La Flammulina velutipes o seta de pie aterciopelado, como se conoce popularmente, es frecuente encontrarla entre la nieve, por debajo de los 10º C. Se trata de una seta invernal, comestible y con propiedades medicinales, muy abundante en Sanabria-La Carballeda.

La especie ha llamado la atención de Santiago Ferrero, secretario de la Asociación Micológica «Amigos de la Bota». Gran aficionado a trabajar los ciclos biológicos de los hongos, a los estudios ya realizados sobre la Ganoderma lucidum (hongo de la inmortalidad) o la muy popular Macrolepiota procera (el famoso cucurril, uno de los iconos de los seteros de la comarca), se suma ahora el seguimiento realizado a la Flammulina velutipes.

Desde que en enero observó el afloramiento del hongo (también conocido como Collibia aterciopelada o Enokitake), Santiago Ferrero ha inmortalizado su evolución a través de un centenar de fotografías que revelan el comportamiento. Si algo demuestran las imágenes es que el hongo se va secando a medida que ascienden las temperaturas y puede volver a revitalizarse, «tiene un ciclo biológico bastante largo».

Entre las principales características del hongo destaca la viscosidad de la cutícula y el color anaranjado amarillento. El pie es de un color marrón aterciopelado, sobre todo en su parte inferior. Se trata de una especie pirófita «que se desarrolla de forma cespitosa sobre algunas frondosas del género Quercus y algunas leguminosas del género Cytisus».

Una vez analizado por primera vez el ciclo de este hongo, Santiago Ferrero sigue visitando el lugar para ver «si nace otra en el mismo sitio y poder hacer el mismo desarrollo», explica este aficionado a la micología con especial querencia por los hongos medicinales.

La Flammulina velutipes, muy popular y extendida en Asia, cuenta con acreditadas propiedades terapéuticas como antibiótico natural para desinflamaciones, reductora de la presión sanguínea, potenciadora del metabolismo, antibacterial o reductora del nivel de colesterol. Según la documentación recabada por Santiago Ferrero, se trata de una especie cultivada en Japón y China, donde se ha introducido en el mercado, tanto en fresco como en seco.

«Es una pena que la seta se dé en la zona y no se aproveche. Es comestible y, lo más importante, aporta grandes beneficios curativos. Cuando se sale al monte se suele mirar siempre a las mismas especies, pero existen hongos más desconocidos con grandes propiedades terapéuticas», apunta Santiago Ferrero Delgado.

A la hora de identificar a la Flammulina velutipes hay que tener especial cuidado para no confundirla con la Galerina marginata, «muy tóxica e incluso mortal», cuya carne es delgada, frágil y con un olor a harina. También crece en los troncos de los pinos.