«Me he venido a casa descorazonado». Luis Martínez, presidente de la Asociación de Cazadores de Toro, colgó ayer la escopeta vencido por el desánimo. No se vaticinaban grandes alegrías -esa es la verdad-, pero a pie de tierra todo fue mucho peor. El estreno de la campaña cinegética confirmó los peores augurios, tanto para perdiz como liebre y conejo, así que los cazadores volvieron a casa bastante desalentados, sin ver apenas pieza y conscientes de que «esto no puede seguir así», en palabras de otro cazador y también gestor cinegético, Tomás Yanes.

Este último cazó en Los Valles, donde un fuerte aguacero pasadas las diez de la mañana obligó a una temprana retirada. Tres generaciones de Yanes, Tomás padre (81 años), Tomás hijo (52) y Tomás nieto (24) compartieron una jornada cinegética «divertida», a pesar de la escasez de piezas. Dos perdices el hijo y una el nieto, «no han estado mal para como pinta la cosa». Cerca de dos horas de caza que resultaron «muy intensas» y, con el chaparrón, repliegue para tomar el taco. Parecido a lo que ocurrió en la comarca de Sanabria, donde el aguacero impidió disfrutar de la jornada cinegética.

En Los Valles las cosas no fueron mejor que en el resto de la provincia. Y así lo ratificó el guarda Francisco Fidón de Paz, quien en una encuesta a pie de campo entre 25 cazadores, comprobó que entre todos llevaban tres perdices. Sobran las palabras. «La gente ni ha disparado», certificaba Tomás Yanes a este diario. «Por los censos que habíamos hecho ya sabíamos que la cosa no iba a ir bien, pero se ha comprobado que, en el caso de la perdiz, la temporada es desastrosa». La sequía, unas temperaturas «entre 30 y 35 grados desde junio» o la mala cosecha «que encima se ha recolectado muy pronto», son factores que han resultado «letales» perdiz roja. «Lo vamos a pasar muy mal en los próximos años», vaticina Tomás Yanes, veterinario de profesión; «aconsejo a los cotos que hagan una gestión y que cierren pronto la caza de la perdiz porque con la escasez de ejemplares que hay vamos a llegar a puntos críticos».

El mismo planteamiento que hace Luis Martínez, quien no descarta «cerrar pronto», en referencia a la licencia para cazar la «patirroja». «Es una pena, la gente está esperando con toda la ilusión y hay un descontento total», expresaba ayer el presidente de los cazadores toresanos. «Se habrá visto media docena de perdices y lo normal es ver a 100 ó 150». No menos pesimista se mostraba con el conejo, afectado «por una enfermedad vírica que está terminando con la especie. Se mueren todos». Para Luis Martínez, la sequía «ha hecho mucho daño» a la caza y no descarta la convocatoria de una asamblea para «ver la situación, sobre todo de la perdiz que desde luego este año ya no tiene solución».

Los cazadores consultados coinciden en limitar los días de caza porque mantener todos los permitidos actualmente «es un error. No hay especie que resista esta presión cinegética», apunta Tomás Yanes. Pese a la situación, «más del ochenta por ciento de los cotos de la provincia siguen cazando los días establecidos por la Orden y eso es una burrada. Pido a los cotos que, si tienen interés en mantener la perdiz, después de los Santos la dejen descansar».

En Benavente-Los Valles la temporada se inició ayer en la práctica totalidad de los cotos, no así en otras zonas de la provincia, como la comarca de La Guareña, donde algunos cotos han retrasado la apertura de la veda para facilitar la natural defensa de las especies. Es el caso, por ejemplo de Fuentesaúco, donde no se abrirá hasta el 1 de noviembre y se cerrará un domingo antes del plazo establecido por la Junta, el 24 de enero de 2010.

Juan Pascual, cazador de la Agrupación de La Guareña, justifica la medida porque «el año no es nada bueno. Cuando hay buena cosecha por lo general hay caza, pero esta temporada va a ser fatal y las alimañas también hacen daño porque, si no encuentran, de algo se tienen que alimentar. De perdiz apenas si se han visto dos bandos, la liebre poco más y conejos en esta zona hay pocos», resumía tras una mañana de pateo por el campo con un recorrido de «23 kilómetros». Para Juan Pascual, la situación es especialmente complicada en el caso de la perdiz; «es una injusticia empezar tan pronto a cazar», teniendo en cuenta además que este año «no ha criado bien». Y lo mismo piensa Juan Carlos Tomás, de San Miguel de la Ribera, para quien «permitir la caza durante veintitantos días es demasiado».