«Africanista por profesión y recogedor de palabras por devoción», tal y como él mismo se define, el periodista Gerardo González ha continuado «con el oído atento» para seguir recopilando el vocabulario de la Lampreana, que ahora recoge en «Palabras y expresiones coloquiales de la Comarca de la Lampreana», y que presentará el próximo domingo en Pajares de la Lampreana, con motivo de la Semana Cultural de la localidad. En esta nueva obra, González amplía la labor realizada para su anterior libro, «Palabras y expresiones coloquiales. Pajares de la Lampreana», publicado en el año 2000.

Para González, la lengua es «algo vivo», no una colección de normas y palabras «irrefutables», por lo que hay que añadir las que van surgiendo, y también conservar las que ya existen y corren riesgo de perderse. Recoger esas palabras tradicionales es para él «un hobbie»; eso sí, un entretenimiento al que ha dedicado «miles de horas». Todo para que el habla de la Lampreana no se pierda, y porque recopilar la riqueza del «habla de nuestros pueblos» es «respetar a nuestros mayores» y a una cultura popular que poco a poco está quedando «engullida por la deshumanización que padecemos», y por una aldea global que no siempre respeta las aldeas autóctonas.

«No me propuse, en principio, hacer un estudio lingüístico del habla de la Lampreana, porque soy periodista y no filólogo», asegura González, que sin embargo, no se ha limitado a la compilación de palabras en su libro, si no que las analiza y contrasta con diferentes diccionarios. El periodista ha estudiado en su investigación léxicos de otras provincias y comarcas españolas, con los que compara los usos que se le da en la Lampreana a diferentes palabras. Para esta labor ha manejado una veintena de diccionarios generales, entre ellos el de la Real Academia, Covarrubias, Corominas o el de Autoridades, y cuarenta diccionarios regionales o dialectales.

«En la Lampreana se conservan palabras ignoradas en las grandes ciudades y prácticamente en desuso entre la población joven que deben conservarse», y es precisamente eso lo que le impulsó «ya en los años 60» a recoger las palabras y expresiones que escuchaba en su pueblo, «por curiosidad, más que para realizar una investigación».

Su estudio le ha llevado a descubrimientos desde luego curiosos, como por ejemplo la coincidencia de significados entre el pajarés «espalancar» y el italiano «spalancare», abrir las ventanas. El término empleado en la Lampreana no aparece recogido en los diccionarios, y no se sabe cómo ha entrado en la lengua de la comarca desde el italiano. O quizá fuera al revés.

«Si la palabra se usa, la RAE debería recogerla», afirma González, que reivindica la originalidad y creatividad de las gentes de la Lampreana a la hora de crear vocabulario. Así, señala como ejemplo el verbo «flinar», referente a la acción de echar veneno «Flit», y que «sólo he escuchado en mi pueblo», destaca el periodista, que sentencia: «los diccionarios no crean palabras, las crea y las usa el pueblo, el diccionario sólo las recoge».

«No debemos traicionar la lengua popular, incluso las grandes obras de la literatura están llenas de expresiones del pueblo», explica Gerardo González. «Sin cultura popular no podríamos disfrutar de maravillosos poemas como los de Claudio Rodríguez», señala del periodista, que considera que «lo más sabio de un pueblo es su habla, por lo que hay que evitar que desaparezca».

Aunque «no existe» como tal un habla especial en la Lampreana, se mantienen muchos vocablos de raíz asturleonesa, dialecto que sí ha sido más estudiado. «El asturleonés ha sido absorbido por el castellano», y aunque se conserva mucho vocabulario procedente de este dialecto en el habla de la provincia, prácticamente «no se utiliza». «Meter el asturleonés con calzador en las escuelas es política, no tiene nada que ver con recuperar una lengua o conservarla», asevera Gerardo González, «periodista con ganas de recuperar el lenguaje» y conservar las tradiciones de su tierra.