Corría el año 1967, hace 32, cuando Domingo Gago y Ascensión Moral decidieron dotar de un nuevo servicio a su bar «El Gamo». El hermano de ella, Agustín, hoy alguacil del Ayuntamiento, que entonces estudiaba en Zamora llevó a Pertejo la solicitud para sellar quinielas un lunes y se le concedió el miércoles. Tras jubilarse Domingo, hace doce años, Ascensión tomo el relevo. Una historia con una final muy feliz.

—¿Tener un negocio en Aliste es muy sacrificado?

—Sí. Si quieres hacer algo hay que estar aquí, de lunes a domingo, de nueve de la mañana a doce de la noche o más. Te acostumbras porque tiene que ser así.

—¿Suelen jugar mucho los alistanos a los juegos de azar?

—Yo creo que lo normal. Nosotros somos de los que más sellamos de la zona, la verdad es que viene mucha gente. A lo que más se juega es a La Primitiva y al Euromillón. A la Quiniela también bastante y a lo de los caballos ya mucho menos.

—Jóvenes o jubilados. ¿Quiénes suele jugar más?

—Yo creo que las personas mayores. Bien es verdad que los pueblos han perdido población, mucha, y hay más jubilados. Rabanales es un ejemplo, tuvo más de 500 habitantes y hoy rondamos los 240. Y dando gracias, pues aun hay una escuela con ocho niños. Hay matrimonios que llevan igual diez años sellando la misma primitiva. Hay veces que viene un vecino y trae la de unos cuantos más. La ilusión no se pierde.

—Los más fieles, eso sí, parecen ser extranjeros.

—La verdad es que los portugueses no fallan. Cuando nos fuimos de peregrinación Domingo y yo a Tierra Santa tuve que avisarlos una semana antes para que no dieran el viaje en balde. Siempre son muy fieles a La Primitiva.