La romería popular del Cristo de San Esteban se convertía ayer en la cita obligada para los hijos de Muelas del Pan, los que viven habitualmente en el pueblo y los que residen en la diáspora obligados por las circunstancias de los estudios o el trabajo. El día acompaño, nublado, con frío y sol, y aún así hubo que dar gracias porque no lloviera.

Luis Santamaría del Río vivía este año por primera vez la fiesta y como párroco presidió los actos religiosos que se iniciaron con la procesión, a las 11 de la mañana, desde la iglesia de Santiago Apóstol, hasta la ermita. Si la verdad es que cada vez son menos los feligreses que se atreven a hacer el recorrido de alrededor de dos kilómetros andando, la fe y la devoción al "Cristo Emberronao" sigue intacta y así lo demostró el que en el santuario no cabía ni un alma más durante la celebración de la eucaristía. Todos, niños, jóvenes y mayores quisieron estar junto a Crucificado, hacerle sus promesas, ofrecerle sus rezos y pedirle su favores siempre relacionados con el mayor de las riquezas: la salud de familiares, amigos y, como no, la propia, que todo vale.

Actos religiosos y lúdicos, que la fe no está reñida con la diversión y a pedrada limpia los veteranos moleños dieron rienda suelta a la práctica del deporte autóctono. La Cala fue históricamente un referente histórico en la práctica deportiva antigua en Muelas, para el cual únicamente se necesita una piedra rectangular hincada en el suelo y otra mas pequeña, a la medida de la mano, con la que tirarle a dar y claro está pericia y puntería.

En cualquier fiesta que se precie no pueden faltar los bailes y allí en la pradera cercana "Pilo del Moro" se dio rienda suelta a la buena marcha, demostrando, en este caso, que las mujeres van dos pasos por delante que los hombres, que optan por el vermout. Que si el baile es vermout hay que cumplir y darle cumplido gusto a la tradición y a quien le puso el nombre, unos danzando y otros tomando.

Es el "Cristo Emberronao" una de esas romerías populares transfronterizas donde prevalece la hermandad y la convivencia pura en sentido gastronómico pues en ella participan familias enteras que llegada la hora cumplen con la costumbre de compartir la comida a base de las mejores viandas.

Manda la tradición que en tres ocasiones, todas ellas a lo largo de la primavera se visite en procesión la ermita. La primera y de más reciente instauración en la mañana del Jueves Santo.

La segunda en esta romería del Martes de Pascua de Resurrección y la tercera coincidiendo con la festividad de San Marcos, cada 25 de abril, este año en sábado, una rogativa que cuenta también con una gran tradición.

Los festejos del "Cristo Emberronao" culminaron por la noche con una verbena popular donde el Dúo Teclas puso la música. Cumbias, rumbas y pasodobles alternaron con el rock y las más modernas melodías para que hombres y mujeres dieran rienda suelta al cuerpo, a la alegría y a la diversión durante las verbenas que amenizaron el pasado sábado la orquesta asturiana Sonora Real y el lunes el grupo Iris.

El domingo hubo teatro, "La Venganza de don Mendo" representada por el grupo natus. Los niños compartieron el sábado la diversión con los hinchables y una buena merienda. La ermita fue reconstruida a mediados del siglo XVIII. En su interior se venera a un cristo crucificado del siglo XII.