Greenpeace aplaudió ayer la reciente decisión de la ministra alemana de Agricultura, Ilse Aigner, de prohibir «de forma inmediata» el cultivo de maíz transgénico Mon810, patentado por la multinacional Monsanto. Así, espera que esta determinanación sirva como ejemplo a España, donde el año pasado se cultivaron 80.000 hectáreas de ese maíz modificado genéticamente.