Alcañices.- Histórica y señorial, la Villa de Alcañices tiene como uno de sus más importantes valores turísticos a las fuentes y lavaderos, un atractivo digno de conocer y de disfrutar. Una nueva publicación da a conocerlas gracias a un trabajo del Ayuntamiento, realizado por Edos (Educación, Deporte, Ocio y Servicios Sociales), con el patrocino de la Junta de Castilla y León y Diputación de Zamora.

Como inicio de la ruta se ha elegido la Plaza Mayor para bajar luego por la cuesta de "La Herradura" y tras pasar el puente sobre el río Angueira encontrarnos con la "Fuente de Valorio", en la parte trasera del prado de reglas, a la que antaño se le atribuían propiedades medicinales. La segunda estación la haremos en la "Fuente Herrada", con 119 años a sus espaldas pues fue construida allá por 1889, en cantería, sobresaliendo su espadaña. Cuentan que antaño tenía la particularidad de que por uno de sus caños echaba agua cristalina y por el otro ferruginosa, con lo cual daba lugar a que el viandante pudiese elegir a su gusto. Era el lugar donde se encontraban los novios o las mozas y mozos que buscaban serlo, incluso se afirma que allí se concertaron muchas bodas. Además su pilón era abrevadero para las reses que pasaban camino de Los Nogales, Las Urrietas, Rotalera y El Carpazal. En su entorno, hasta los años sesenta, había castaños.

En el entorno del Refoyo está "El Cañico de Arriba", con lavadero cubierto, utilizándose en su entrada columnas del antiguo convento de San Francisco. Una de las particularidades de sus aguas es que es muy fina lo cual atrae aún hoy a muchos vecinos a recogerla para en consumo en sus domicilios. Por su parte la "Fuente la Quinta a tenor de lo que dicen las leyendas perteneció a la Orden del Templo. Consiste en un caño que sale de la peña y el agua discurre por pequeños canales que están tallados en sillería.

En el paseo nuevo junto al río Angueira está "El Cañico de Abajo" donde era muy habitual la concentración de las mujeres para lavar la ropa, siendo los lunes, el día más propicio. Esto tiene su lógica, pues el cambio de vestimentas en las personas de antaño coincidía con los domingos antes de la misa. Se dice que este acuífero nunca se ha secado, ni en las épocas estivales de grandes sequías. La "Peña de los Judíos" y la calle Tenerías delata a quienes por allí habitaron dedicados a la curtición de pieles hasta su expulsión de España afinales del siglo XV.

El próximo domingo será una buena oportunidad de conocer las fuentes en un paseo, andando o en bici. La cita será a las 11 de la mañana en Sahú.

"Los Caños", testigo de contrabandistas y carabineros

La fuente de "Los Caños" es una de las más bellas en diseño y ejecución de toda la comarca, gracias a su lugar de ubicación junto a un arroyo y al material utilizado: granito alistano, magníficamente labrado. El agua le llega de las vertientes del "Alto de la Atalaya", margen izquierda del riachuelo que cruza sobre un pequeño acueducto pues la fuente está en la parte derecha, donde está el pueblo en su asentamiento más original. Como no podía ser menos también se le atribuyen bondades sobrenaturales, en este caso, su líquido elemento, limpio y fino, dicen es el mejor para la cocción de garbanzos, no en vano se le conoce también como la "Fuente Buena". En la parte delantera de la fuente hay un cerco de piedra, obviamente con apertura para entrar, sin embargo, antaño una de las pruebas para los niños y las niñas al llegar a la adolescencia consistía en saltarlas sin tocarlas. Esta fuente esta en los límites urbanos hacia el río Angueira y en sus barrios más cecanos tenían ubicadas sus viviendas las familias que se dedicaban al contrabando con Portugal, pero se daba la paradoja, seguramente para controlarles mejor las entradas y salidas, aún fuera de servicio, que también habitaban allí muchos carabineros.