Villadepera.- Vecinos de los pueblos afectados por la carretera que enlaza la N-122 con Pino del Oro, Villadepera, Moralina y Bermillo constituirán en los próximos días una Plataforma para reclamar la mejora del trazado y, muy especialmente, el puente Requejo, construido en el año 1914 con todas las grandezas e inaugurado con honores regios.

Ayer, con motivo del paso de los ciclistas participantes en el Trofeo Iberdrola, los vecinos instalaron en los puntos más visibles del recorrido diversas pancartas alusivas al estado del vial, en un intento por despertar la inquietud del consejero de Fomento de la Junta y del propio presidente de la comunidad de Castilla y León. "Señor Silván, tenga usted presente que cualquier día se nos cae este puente", "¡Qué mierda de carretera, Sr. Herrera!" y "¡Travesía peligrosa! Desniveles en cunetas de tierra sin arcén" son algunos rótulos mostrados con grandes letras para que todo el mundo tomara conciencia del suelo por el que transcurría.

«Las pancartas significan que se vayan preparando porque la movida va a venir» expresaba ayer una vecina de Villadepera. Los eslóganes de protesta -aunque no tantos- no son nuevos en este trayecto; también fueron expuestos en anteriores ocasiones aprovechando eventos de cierta trascendencia pública como los recorridos ciclistas, siempre seguidos con interés y expectación por la sociedad.

«Esta carretera lleva mucho tiempo sin arreglar. A veces echan una capa para decir que hacen algo, pero en ciertos puntos existen socavones. Hace poco cubrieron los baches con un poco de grava» añade otra mujeres de Villadepera, que no descartaba que la propia grava pudiera ocasionar algún percance a algún ciclista.

Los controvertidos son un total de 15 kilómetros, desde Moralina hasta el empalme con la N-122. «A las curvas estamos acostumbrados los de la zona, pero el asfalto está en muy mal estado por lo cual hay que ir muy despacito y con mucho cuidado porque te puedes ir para abajo por nada. En el último mes se han registrado tres accidentes. Pero no basta con ir despacio. Hace pocos días a una persona se le fue el coche en una curva» manifiesta una usuaria de la vía.

Si el trazado levanta críticas, el propio puente de Requejo eleva las quejas a los máximos tonos. Parece ser es una estructura analizada y revisada con detalle por los naturales, a juzgar por cómo han estudiado los pormenores. «Este puente no durará mucho. Da miedo. Presenta agujeros y cuando llego a la orilla acelero para pasar más deprisa» dice un usuario.

En la Casa Rural un cliente no pudo menos de expresar su sensaciones al respecto. «¿Pero cómo podéis pasar por ahí según está el puente y la carretera? preguntaba. Un vecino hacía hincapié en el paso de vehículos de gran tonelaje por el grandioso puente, que permite cruzar el Duero a una altura de sensación. Afirma haberse tropezado «el pasado día 26, a las diez de la mañana, con un camión de tres ejes detenido por la Guardia Civil en la orilla de Pino. Subraya que «le dejaron pasar», lo que le lleva a interpretar que se vigilan las mercancías pero no el puente. «Está hecho un cristo y pocho». Pide una urgente intervención en el arreglo de la calzada porque «las puertas de los coches meten un ruido que no hay quien lo aguante». Habla de que en los laterales del puente «queda el agua embalsada y por ello la chapa se corrompe». Hay preocupación.

Miembro de la futura Plataforma ponen de manifiesto que «no se puede tener el puente Requejo declarado, que sea centenario, y que no le hayan hecho nada. Le pintaron hace unos diez años y no le quitaron los agujeros de la tapa». En su análisis particulares han comprobado que, en Villardiegua, «son 23 las familias que salen diariamente a enlazar a la 122». A causa del mal estado de la calzada, señalan «se comen las ruedas en seis meses». También critican que hasta ahora los arreglos sobre el puente hayan consistido en incrementar su peso. «Está mal la capa y echan otra más. Es mucha la dejadez» señala el vecindario.