Fermoselle.- El gordo de la lotería del "Niño" bañó con su suerte a la villa de Fermoselle el primer año que apareció en escena, hace hoy precisamente un siglo. En "Ermoselle", informa la Lotería de Apuestas del Estado al detallar el historial de gordos repartidos desde el año 1908 hasta el pasado año. Los portadores guardaban en el bolsillo de sus panas el número 3.897. Un número bajo, pero que sembró riqueza. «Quince mil pesetas por décimo» afirma Antonio, el policía municipal, que cobraron los afortunados.

Los fermosellanos lo saben y este año han pedido tres series del primer gordo del Niño. Hurgaron en internet y hallaron el número de sus sueños e ilusiones en Murcia. Entre los que buscaron el memorable número está el electricista Martín Peños, que ayer echaba un trago en el bar "Colomba", cuyo dueño es nieto del que hace un siglo repartió la suerte entre el vecindario. «En el mes de septiembre lo encargamos» afirma Martín.

Fueron los agraciados, por lo general, hombres de campo que lidiaban a diario con el viñedo y los olivos, siempre al late de mulas y borricos vestidos con serones. Pedro "El Raca", apodo por el que era conocido el repartidor de la fortuna, logró de aquella «más de cien mil pesetas» según afirma el nieto, José Segurado Berdión, que hoy regenta un bar. Desconoce en qué empleó su antecesor la mayúscula bolsa conseguida, pero, por lo que comenta, en algo más gratificante y perecedero que rentable porque la mujer no tuvo una herencia recordada y salió adelante gracias a la ayuda de un familiar emigrado a Argentina. «Tal vez en mujeres y juego» expresa, con cierta sonrisa. Del juego y de las mujeres en Fermoselle siempre han sabido lo humano y lo divino, así es que "El Raca" quizá viviera en 1908 unas fechas posnavideñas de alto voltaje. Otros vecinos apuntan que puede que alguno invirtiera «en comprar viñas».

«La lotería siempre suele tocar a quien le hace falta» expresa Peños, cargando de ilusión el ambiente de la barra del bar "Colomba". José Segurado dice tener en la cabeza la idea de que este año volverá a sonreir la suerte a Fermoselle.

De regresar el número con la bonanza de los agraciados será Manuel Moya otro de los que brinden con la felicidad en el rostro. El año pasado encargó para vender en el bar el número de marras, el 3.897, porque erróneamente pensó que entonces se cumplía el siglo del gran golpe lotero. Este año en el establecimiento ha vendido otra cifra, pero en sus manos conserva un décimo del histórico gordo.

En 1908 los viticultores y vecinos de Fermoselle más que décimos compraron participaciones, con la singularidad de que no las adquirían a cambio de dinero, apenas manejado, sino en trueque de productos básicos. «Yo no sé si "El Raca" trajo la lotería o se la dieron, pero lo que sé es que por las participaciones le daban a cambio chorizos, una espalda de tocino, jamón...». Moya cuenta el caso de un marido que pegó una tollina a la mujer porque se presentó en casa con participación de lotería, del número premiado, a cambio de una ristra de ajos.

El golpe de suerte de hace cien años era recordado ayer por buena parte de los fermosellanos, donde la lotería tiene su gancho. «Buena parte de los número proceden de la administración de Villarino de los Aires».

Segurado Berdión vendió para la lotería del 22 de diciembre el valor de 17.000 euros. «Para "El Niño" he vendido 5.000 euros porque el tiempo es más escaso» afirma, e insiste en que tiene «fe de que toque este año».

Los fermosellanos han pasado un siglo viendo la fortuna pasar, salvo en dos ocasiones que fueron tocados por la diosa. «En el año 2000 algunos recibieron un premio de 7,5 millones de pesetas». Recuerdan el número, el 11.092. Llegó de Zamora capital de manos de un hijo del pueblo.

«Fermoselle ganó con el primer sorteo de "El Niño" y quisiéramos que se renovara la suerte» manifiesta Angela Marcos.