Manzanal. El «esfuerzo y la espera ha merecido la pena, hoy podemos decir que tenemos un puente moderno y amplio que puede prestar todos los servicios y cubrir todas las necesidades que tengamos los alistanos y los albarinos, porque no es un viaducto solamente para los pueblos donde se asienta, Manzanal y Palacios, sino para toda la comarca de Aliste, Tábara y Alba y para la del Pan». Así se expresaba, satisfecha y feliz, la joven y activa alcaldesa de Manzanal del Barco, Ana Isabel Baena Argüello, una de las ediles más implicadas en todo el proceso de negociaciones, la cual como anfitriona tuvo el honor de cortar la cinta que abría al tráfico el nuevo viaducto. No estuvo sola, pues allí estaban la practica totalidad de los manzanalinos para arroparla, a los cuales había invitado.

Nada más tomar tierra sobre el viejo viaducto de Mázares, Juan Vicente Herrera, se encontró con el primer ciudadano de la zona, don Manuel Prieto Rodríguez, un jubilado de Palacios del Pan, curtido por la vida misma, sencillo como los hombres de campo de antes, con su boina negra, cordial como los campesinos de siempre, que a la vez que estrechaba la mano del presidente de la Junta le felicitaba y le reivindicaba más: «Gracias señor por el puente, pero ahora necesitamos la carretera».

El tiempo pasa, sin prisas pero sin pausas, cultivando historias que parecen imposibles y para demostrarlo allí estaba el señor Aureliano López, nacido en Manzanal el 1 de octubre de 1934. Refrescando su memoria de sabio anciano sorprendió a Herrera y a Maíllo, orgulloso, allí estaba él en tan grande día, 64 años después de que, con apenas nueve, asistiera a la inauguración del "Viaducto de Martín Gil, aguas arriba, recuerda, «el 9 de abril de 1943», viendo pasar a dos pasos la entonces Jefe del Estado: «Aún recuerdo como bajo Francisco Franco por unas escaleras muy empinadas, entonces era joven y se defendía bien, pero no hablamos con él, ni nos saludo». E incide: «Eran otros tiempos, entonces igual Manzanal tenía quinientos habitantes y fuimos casi todos, los hombres y mujeres en burras, yeguas y mulas, los rapaces y las rapazas andando». Y sentenció «Siempre es bueno que se acuerden de nosotros, que nos hagan cosas, para vivir mejor».

Allí estaba otro veterano de la vida y de la política, Domingo Refoyo Torrado, satisfecho y nostálgico, feliz y triste, pues no en vano él fue uno de los desterrados por las aguas del Salto de Ricobayo. Nació el 26 de enero de 1933 y en 1935, con dos años, fue uno de los niños que al subir la cuesta camino de Santa Eufemia vio como las aguas sepultaban a su pueblo y a su casa. Hoy, con 74 años es su alcalde: «Estamos encantados. A nosotros el puente nos viene viene bien para ir a Zamora, son alrededor de once kilómetros mejor que por Perilla de Castro y el "Puente la Estrella"».

María Isabel Alvarez Genicio, alcaldesa de Vegalatrave, destacaba la mejora que va a dar muy en particular al transporte regular de viajeros por carretera. En su pueblo este mismo año se ha concluido la mejora de la travesía urbana de la carretera de Zamora a Mahide.

Angel Alfonso Ampudia, regidor Losacino se deshizo en elogios y se mostró partidario de en el futuro eliminar las curvas sobre el puente del ferrocarril de La Hiniesta. José Martín Vara Lorenzo, Losacio, ni lo duda: «Desde que hicieron la carretera de Losacio a Muga nosotros a Zamora siempre vamos por el puente de Manzanal». Ediles de Carbajales alababan la importancia del nuevo sobre el Esla.

Señalización para La Hiniesta

Antonio Iglesias Martín, alcalde de Andavías, diputado de zona y de carreteras tiene en mente mejorar ahora, acorto plazo, con urgencia la señalización del puente que hay sobre la linea del ferrocarril en La Hiniesta poniendo vallas luminosas para evitar accidentes y sobre el nuevo viaducto indicaba: «Es una infraestructura muy importante». Por su parte, el vicepresidente, Aurelio Tomás Fernández, diputado por Tábara y Alba, manifestaba su deseo de que el nuevo puente contribuya al desarrollo de los pueblos y de sus gentes: «Nuestra idea y nuestro objetivo es seguir mejorando las carreteras de la provincia y adecuarlas a los tiempos». José Luis Bérmudez, diputado por Aliste afirmaba que «Nuestra comarca se va a beneficiar mucho con este puente».

Características

Autor del Proyecto: Hugo Torres Piereti, profesor de la Escuela de Ingenieros de Caminos de Madrid.

Medidas: Salva el embalse de Ricobayo, sobre el río Esla, con una longitud total de 479,25 metros. La máxima luz está en el vano central de 190 metros, los otros tres cuentan uno con 61,25 y dos con 114.

Plataforma: Cuenta con 11 metros, de los cuales se reservan a calzada 7 (dos carriles de 3,50), 1,50 a arcenes (dos de 75 centímetros) y 2,50 a aceras (de 1,25 cada una) en las que van situados los pretiles y las barandillas.

Sección del tablero: Canto variable con un máximo de 9,5 metros en la zona de las dos pilas centrales y un mínimo de 3,80 en el centro del vano principal. Hecho con hormigón de 450 kilos por centímetro cuadrado de resistencia.

Obreros zamoranos: La mayoría de los obreros (encofradores) fueron zamoranos de Pino del Oro, Carbajosa, Villalcampo, Brandilanes, Domez, Palacios, Santa Eufemia, Villaralbo, Manzanal, El encargado Miguel Juan Martín, de Carbajosa de Alba.

Nuevos accesos: Los tramos para unir la carretera Zamora-Mahide con el puente tienen una longitud de 300 metros en el lado de Manzanal y 355 en el de Palacios.

Cimentación difícil: La ejecución de las dos penínsulas se realizó en los meses de agosto, septiembre y octubre de 2005, trabajando simultáneamente seis días de la semana de lunes a sábado y trabajando gran parte de este tiempo las 24 horas del día.

Pilares centrales: Con 17,50 metros de altura media, se asientan sobre sendas losas de hormigón armado de 240 metros cuadrados de superficie y cuatro de e espesor, a su vez cada una e ellas sobre 10 pilotes de 2 metros de diámetro y 20 de profundidad, con camisas perdidas de 20 milímetros de espesor.

Ultima dovela: Su hormigonado, cierre del vano tres, se realizó durante la madrugada del día 27 de junio de 2007.

Momento cumbre: En el momento álgido de las obras llegaron a trabajar alrededor de setenta obreros.

Pruebas de carga: Sobre seis hipótesis con diferentes cargas, con un máximo de 530 toneladas, distribuidas en catorce camines de 38.

Barreras y barandillas: Las hizo un industrial de la zona, Francisco, de Palacios.

Punto final: A las 14 horas se abría al paso de vehículos.