Valladolid.- Los ganaderos de Castilla y León están de nuevo en pie de guerra. El anuncio de una nueva caída de los precios de la leche ha obligado a estos profesionales a retomar, un año más, sus movilizaciones contra las decisiones «unilaterales» que adopta la industria. Y es que año tras año los ganaderos de la Comunidad han venido reivindicando la constitución, de una vez por todas, de una interprofesional del sector «fuerte» y la firma de contratos con precios dignos.

La situación es tan grave que las cuatro organizaciones profesionales agrarias de la Comunidad han aparcado sus diferencias y han decidido ir de la mano para intentar salvar lo poco que queda de esta actividad en la región.

Protestas. Hace unos días se manifestaron frente a la Delegación del Gobierno, en Valladolid y también junto a la sede de la Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta, ante la factoría de Lauki de Valladolid, y las instalaciones de Quesos del Duero -García Baquero- en Toro .

En este sentido, cabe recordar que con carácter cíclico, los ganaderos tienen que echarse a la calle para tratar de frenar nuevos recortes en los precios que perciben por la leche, que no cubren los costes de producción. Así, en abril del año pasado, y en el mismo mes de 2003, se repitieron las mismas protestas que se están desarrollando en la actualidad. Sin embargo, la situación en estos momentos parece aún más grave, si se tiene en cuenta la crisis generada el pasado año por la sequía y el encarecimiento de los insumos.

Los datos cantan, y es que desde 1987 hasta 2005, desaparecieron en Castilla y León 38.025 ganaderos de vacuno de leche, al pasar de los 40.961 a los 3.274, según los datos de que dispone COAG de Castilla y León.

La sangría del sector ha afectado a todas las provincias, entre las que destaca León, donde en esos casi veinte años abandonaron la actividad 14.323 ganaderos, contabilizándose el ejercicio pasado 1.178, cuando en el 87 operaban 15.501. Asimismo, Zamora ha perdido 4.771 profesionales, hasta los 396 actuales; Salamanca, 4.631, hasta los 177; y Ávila, 4.188, hasta los 461. Además, Burgos ha perdido 2.976, hasta los 293; Palencia, 2.620, hasta los 427; Segovia, 2.310, hasta los 164; Valladolid, 1.373, hasta los 396; y Soria, 495, hasta contabilizar únicamente nueve.

En este contexto, el coordinador regional de UCCL-COAG, Jesús Manuel González-Palacín, afirmó que «se ha perdido un 33 por ciento de las explotaciones en el último año y los ganaderos son ahora mismo una especie en peligro de extinción».

Palacín exigió una interprofesional fuerte, con contratos a precio digno, superior a 0,33 euros por litro, «que cubran los gastos de producción». «Estamos ante una bajada de 0,03 euros por litro en leche de vaca en los próximos tres meses y de 0,06 de ovino», precisó. El presidente de Asaja en León, José Manuel Turrado, criticó la política láctea del Gobierno central, «porque aboca a una situación de precios bajos en el sector». «La bajada de precios es una responsabilidad de la industria que nos compra, pero la política que realiza el Gobierno es una mala política que ha supuesto un desvío de cuota de Castilla y León hacia otras comunidades y deja a las explotaciones de la región sin posibilidades de aumentar», señaló.

Demanda

El secretario nacional de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), Lorenzo Ramos, reclamó a «todas las administraciones que se pongan ya del lado de los ganaderos y dejen de prometer lo que luego no cumplen». Ramos calificó la situación como «complicada» para el sector y dijo que «existe el ejemplo de otros sectores agrícolas, donde se han puesto en marcha ayudas directas para compensar la pérdida de renta de los agricultores y al final siempre aparecen las industrias para llevarse los beneficios».

«El modelo más claro es el del tabaco, donde resulta que llevan un montón de años diciendo que en las contrataciones no podían pagar más y ahora bajan un euro el precio del tabaco», matizó Ramos.

Según el secretario regional de UPA, Julio López, la bajada del precio de la leche no está justificada y «lo único que mueve a la industria es que la ayuda desacoplada que se va a dar a los ganaderos, se la queden ellos». Por otra parte, el responsable de Coordinadora Agraria, Aurelio Pérez incitó a las administraciones a «que eviten que suceda lo mismo con la leche que con la remolacha». Pérez dijo que «si esto llega a realizarse será un robo a los ganaderos». «Desde hace diez años se ha pasado de tener una cuota de 40.000 kilos a 270.000, dinero que han pagado los ganaderos, y ahora cuando la actividad parecía rentable, vienen con una bajada de precios para volver a hundir otra vez al sector».