Fuentesaúco.- El Ayuntamiento de Fuentesaúco aborda este año uno de los proyectos más ambiciosos y anhelados por el pueblo: la remodelación de la Plaza Mayor. El espacio urbano más emblemático de la villa se someterá a una reforma que no será integral, debido a las limitaciones presupuestarias, que obligarán a ejecutar la obra por fases. La primera, con una inversión de 312.000 euros, está a punto de comenzar, una vez que el Ayuntamiento dispone ya del proyecto realizado por el arquitecto Eduardo Aguirre, que se llevará al Pleno de la próxima semana para su aprobación. En el plazo de veinte días aparecerá publicado en el Boletín para sacar después a concurso la obra. «Deberá estar adjudicada antes del 31 de marzo y ejecutada en el presente año», aclara el alcalde de Fuentesaúco, Jaime Vega.

La remodelación de la Plaza Mayor se extiende a la Plaza de la Diputación y la calle de la Iglesia, con la importante novedad de la supresión de los aparcamientos de la Plaza Mayor, aunque se mantendrá el tráfico en el mismo sentido que actualmente. El proyecto contempla la ampliación del óvalo central de la plaza, que pasa de 363 a 885 metros cuadrados, con un pavimento de granito sayagués (en tonos ocres y terrosos), que también irá en los soportales. En el resto de la plaza y la calle de la iglesia se colocará adoquín románico, mientras que el pavimento de la Plaza de la Diputación será de hormigón.

En el óvalo central se conservan los árboles, mientras que la cabina telefónica desaparece para trasladarla a la Plaza de Santa María. En esa misma parte central de la plaza se colocarán tres farolas de estilo fernandino con tres brazos cada una, y catorce bancos -siete a cada lado- de hierro fundido y madera.

Aunque los coches seguirán circulando por la Plaza Mayor, la supresión de los aparcamientos obligará a una reordenación del tráfico en las plazas de Santa María y de San Juan, que es donde se estacionarán los vehículos. «Una plaza tan bonita no se concibe llena de coches», puntualiza el alcalde para justificar la nueva dimensión de la Plaza Mayor, pensada más para «disfrutar de ella». El proyecto permite también revalorizar el corazón de la villa y un espacio catalogado y protegido por Patrimonio. Se pretende que la Plaza sea así un lugar de esparcimiento, paseo y encuentro. «Al quitar los aparcamientos y ampliar las partes peatonales conseguimos que hay más espacio para disfrutar, y además sacamos otros rendimientos como la organización de verbenas y actividades culturales», explica Jaime Vega. La obra incluye también la renovación de las redes de abastecimiento y saneamiento.

En esta primera fase no se contempla intervención alguna en los soportales, uno de los hechos que ha suscitado más inquietud entre los vecinos, como ha admitido el alcalde, Jaime Vega. Y la respuesta es bien fácil: «no podemos hacer todo sencillamente porque no hay dinero». De los 600.000 euros que el Ayuntamiento de Fuentesaúco había solicitado a la Junta para la obra de la Plaza Mayor, al final la concesión se ha quedado en la mitad, y eso ha obligado a limitar la actuación. «La segunda fase, que es la que afecta a los soportales, la realizaremos cuando tengamos dinero».

Sugerencias del pueblo para adaptarse lo más posible al sentir ciudadano

El anteproyecto de remodelación de la Plaza Mayor se sometió a un periodo de exposición pública para que los vecinos realizaran consideraciones que han permitido introducir modificaciones y elaborar un proyecto que se acerque lo más posible al sentir ciudadano. Una de esas alegaciones ha llegado del Club de Amigos de Fuentesaúco, que remitió una carta al alcalde aportando ideas a la reforma de la plaza bajo la premisa de mantener el «espíritu autóctono y la imagen de una plaza de pueblo castellana, como las de antaño». La sugerencia del Club de Amigos pasaba por una reforma integral respetando la actual concepción de la plaza, con la estructura del óvalo central ampliado para ganar espacio público y social, aunque la reforma era más ambiciosa al sugerir, junto a a la eliminación del aparcamiento, la limitación del tráfico. Se proponía también la utilización de materiales de acuerdo con las normas urbanísticas aprobadas en el año 90, respetando los colores ocres y terrosos, y recuperando el ladrillo rojo y la madera de los soportales. En cuanto al óvalo central, la aportación del Club era que se rebajara la altura para eliminar la barrera arquitectónica, la retirada de la cabina telefónica y la incorporación de elementos que no distorsionen el entorno. «Consideramos que había que avanzar con un proyecto más ambicioso intentando recuperar el espíritu de la plaza de antaño», explica un miembro del Club. En ese objetivo se incluye la recuperación de las fachadas originales de ladrillo rojo, para lo cual se proponen líneas de ayuda a las que se puedan acoger los propietarios y conseguir así la adecuación integral de la plaza.