Este estudio, dirigido por el investigador de la Estación Biológica de Doñana, de Sevilla, Juan José Negro, basado en necropsias a centenares de animales elegidos al azar, cultivos bacteriológicos y análisis microscópicos, revela que la tuberculosis bovina afecta al 68,9 por ciento de los jabalíes, al 28,5 por ciento de los ciervos y al 25,8 por ciento de los gamos de Doñana.

También se demuestra en este trabajo que la prevalencia de esta enfermedad en las vacas marismeñas de Doñana es "muy elevada", pese a que se sanean ejemplares enfermos cada año, como fija la legislación.

Negro recordó que una prevalencia de la tuberculosis bovina de más del uno por ciento en vacas se considera una tasa suficiente para sanear la cabaña, por lo que urgió a que se adopten actuaciones "contundentes" en Doñana, donde esta enfermedad aparece en el 39,8 por ciento de los ungulados analizados.

Este trabajo, en el que han participado científicos del Instituto de Recursos Cinegéticos (CSIC) de Ciudad Real y epidemiólogos de la Universidad Hispalense y del hospital Virgen del Rocío de Sevilla, destaca que la elevada prevalencia de la tuberculosis bovina en la numerosa población de jabalíes de Doñana -unos 1.700 ejemplares- los convierte en un reservorio muy peligroso de esta enfermedad.

Negro explicó a EFE que el jabalí se comporta en Doñana "como un carroñero" por lo que transmite la tuberculosis bovina a animales que mordisquea, algunos de los cuales son comidos por otras especies.

Ello supone una clara "amenaza" para el lince ibérico -el felino más amenazado del planeta del que apenas sobreviven unos cuarenta ejemplares en Doñana- pues se ha comprobado que, ocasionalmente, se alimenta de animales muertos que disputa a jabalíes, así como de gamos y cervatillos, especies también afectadas por la tuberculosis bovina.

El investigador de la EBD recordó que la cepa que ahora se ha identificado y rastreado científicamente en Doñana es la misma que se detectó en al menos cuatro linces ibéricos muertos en la última década en este espacio protegido.

Este trabajo no sólo supone el primer estudio científico realizado en España sobre la prevalencia de la tuberculosis bovina en la fauna salvaje y el papel de los vertebrados ungulados -jabalí, ciervo y gamo, principalmente- como reservorios de esta enfermedad, sino que también ha permitido identificar un caso de contagio en un ganadero de Doñana cuyas dolencias no habían podido ser identificadas antes por los médicos.

Negro sostiene que la alta prevalencia de la tuberculosis bovina aconseja extremar la vigilancia de los traslados y saneamientos de las vacas de Doñana, así como una "drástica" reducción de los 1.700 jabalíes que viven en este espacio protegido.

La amenaza de la tuberculosis bovina para el lince en Doñana ya motivó un agrio enfrentamiento, en 1988, entre la entonces ministra de Medio Ambiente, Isabel Tocino (PP), y el director de la Estación Biológica de Doñana, Miguel Ferrer.

Mientras Tocino minimizó la trascendencia de esta enfermedad, Ferrer reclamó estudios urgentes para evaluarla mejor y medidas que evitasen que la enfermedad infectase al lince ibérico, lo que se certificó meses después en un ejemplar muerto.

El estudio urgido por Ferrer se pospuso por el Gobierno central del PP y fue encargado finalmente en 2005 por el nuevo Ejecutivo al equipo de Negro, que lo presentó el pasado agosto en la Conferencia Anual de la Asociación de Enfermedades de la Fauna Silvestre de EEUU, celebrada en Colorado, y esta semana, en el XXI Congreso Nacional del Microbiología que se celebra en Sevilla