El vicegobernador de Bangkok, Thirachon Manomaipiboon, declaró al diario "The Nation" que colocarán el dispositivo a unos 200 paquidermos para evitar que éstos interrumpan el tráfico y generen atascos en las principales arterias de la ciudad.

Cada día, los elefantes y sus cuidadores pasean por las calles de la caótica urbe como reclamo para los turistas.

Los animales llevan una vida miserable en la que deben sortear los coches, tragarse el humo y ser explotados por sus dueños, que los alquilan a desaprensivos que les hacen trabajar de sol a sol y en ocasiones hasta bien entrada la madrugada a cambio de un puñado de monedas.

Algunos cuidadores incluso les drogan con anfetaminas para mantenerlos activos todo el tiempo que sea posible, y así algún paquidermo ha enloquecido en plena calle y arremetido contra transeúntes.

Los elefantes, todo un símbolo de Bangkok y Tailandia, regresaron a la capital en 2006 tras casi veinte años de prohibición, pese a las quejas de los grupos conservacionistas.