Delibes, uno de los más acreditados conservacionistas españoles, entiende que en la actual crisis existan sectores que consideren que la protección de la naturaleza "ha sido un lujo de tiempos de abundancia que no nos podemos permitir en tiempos de escasez", pero ha advertido de que esta actitud "es un error".

"La actual crisis no es sólo una burbuja financiera, es también una burbuja ambiental porque vivimos por encima de nuestras posibilidades ambientales; necesitamos un nuevo modelo económico y una nueva relación con los recursos económicos básicos, que son los recursos naturales", ha señalado Delibes en una entrevista con Efe.

Aunque ha admitido que una reacción humana ante la crisis es "intentar volver atrás y anclarse en el pasado", Delibes ha abogado por que la recesión se afronte como "una oportunidad" para impulsar un modelo económico diferente, ambientalmente sostenible.

"Una crisis genera conservadurismo, aunque es el mejor momento para cambiar y dar el salto adelante; creo que el futuro es de los que vean aquí una oportunidad, pero sospecho que la mayoría va a volver hacia atrás en vez de mirar hacia delante", ha apostillado.

Delibes ha constatado que en la coyuntura económica desfavorable "los ministerios y consejerías tienden a dejar de llamarse de medio ambiente y a sumar nuevas actividades, se tiende a aprovechar todas las iniciativas económicas y a eliminar cualquier restricción conservacionista", pero ha advertido de que existen "unas garantías medioambientales que hay que cumplir" y que no se deberían de entender como un obstáculo para el desarrollo.

"Estoy convencido de que el modelo económico que incluye la relación con la base de la economía, que son los recursos ecológicos, tiene que cambiar y que ahora es la mejor oportunidad para hacerlo", ha añadido este científico, director de la Estación Biológica de Doñana entre 1988 y 1996.

En su opinión, aunque en épocas de dificultad económica aumentan las presiones para incumplir la normativa medioambiental no se debería de vulnerar el principio de que los proyectos "que ambientalmente son inaceptables tampoco deben serlo en épocas de crisis".

Ha citado la mina Las Cruces de Sevilla, la mayor explotación de cobre a cielo abierto de Europa, paralizada por haber dañado un acuífero pero a la que la Junta de Andalucía acaba de conceder una autorización provisional tras anunciar la empresa cientos de despidos.

Delibes, asesor de la delegación española en la Cumbre de Río de 1992 y autor de más de un centenar de libros y artículos científicos, también ha puntualizado que no se debe confundir "la torpeza o la pesadez administrativa" en la gestión de los espacios protegidos con las obligaciones de su protección ambiental.

"Asustan las reclamaciones que están surgiendo para flexibilizar (la normativa ambiental) porque los que han tenido voz han sido empresarios turísticos que quieren construir más, agricultores que quieren usar más pesticidas... no han pedido que se agilicen trámites sino que se les permitan cosas que ahora no se están permitiendo", ha advertido.

Este veterano científico, colaborador de Félix Rodríguez de la Fuente, confiesa que "lo que más miedo" le produce actualmente "es la frase que he oído repetir a menudo, incluso a personas con responsabilidades (medioambientales), de que como nadie invierte no podemos permitirnos el lujo de rechazar ninguna" iniciativa empresarial o que el medio ambiente es un obstáculo para el desarrollo económico.

"Me asusta porque el medio ambiente no es una moda, realmente, es una necesidad y entonces, si no se debe de hacer algo porque medioambientalmente es dañino no se debe hacer aunque haya poca actividad", concluye.