Así lo asegura el último informe de la asociación ecologista Traffic, que señala que la compraventa ilegal de orangutanes para convertirlos en mascotas "excede" en la actualidad los niveles registrados en décadas anteriores, lo que pone "en serio peligro" la supervivencia de la especie a largo plazo.

La organización calcula que tan sólo quedan en la zona alrededor de 7.300 orangutanes y gibones.

A pesar de que el orangután de Sumatra está protegido por la legislación indonesia y por diversos convenios internacionales, Traffic considera que las autoridades del archipiélago "rara vez persiguen a los infractores" y añade que, cuando lo hacen, las penas son "muy blandas".

"Indonesia tiene unas leyes adecuadas, pero sin penas más duras, el comercio ilegal de primates continuará y estas especies caminarán hacia la extinción", afirma el director de Traffic para el sudeste asiático, Chris Shepherd.

La organización censura también que cada año los centros de acogida de animales del país reciben más de una veintena de orangutanes que han sido abandonados a medida que su tamaño le impide una "vida en familia".

El orangután de Sumatra puede llegar a pesar 90 kilos y alcanza el metro y medio de estatura.

Para Shepherd, la acogida de los simios que son abandonados es "inútil" si no se persigue y castiga a sus propietarios.

Las cifras de Traffic son claras al respecto: en los últimos 30 años más de 2.000 orangutanes han sido "devueltos" a estos centros de rehabilitación, pero tan sólo "un puñado" de propietarios han sido perseguidos por las autoridades.

Traffic es un programa conjunto de la Unión Mundial para la Conservación (IUCN) y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) especializado en la supervisión del comercio de las especies salvajes.