En un comunicado, la organización argumentó que Indonesia no da los pasos legales adecuados para aprovecharse de los últimos mecanismos multilaterales ideados para frenar el cambio climático y que tampoco protege sus bosques.

Greenpeace afirmó que Indonesia tramita un proyecto de ley para la gestión de los REDD que, según vaticinó, "fracasará" en su propósito de beneficiar a los indonesios y controlar el cambio climático.

Los REDD son un mecanismo para frenar las emisiones de CO2 producto de la tala de árboles surgido en la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático que se celebró en la isla de Bali en 2007.

La organización ecologista señaló que el Ministerio de Agricultura indonesio acaba de aprobar una nueva legislación que permite cortar árboles en nuevas zonas de bosque especialmente ricas en carbón, denominadas turberas, lo que va en contra de la conservación del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático.

"Una de las principales áreas en la que Indonesia puede reducir claramente sus emisiones es a través de la protección de turberas", afirmó Bustar Maitar, responsable de Greenpeace en el Sudeste Asiático en asuntos forestales.

El activista recalcó que la nueva ley "socava el potencial económico de los REDD, carece de base científica y no tiene sentido alguno dado el papel crítico de estos bosques en la estabilidad climática".

Indonesia padeció la mayor tasa de deforestación del mundo entre 2000 y 2006, con 1,1 millones de hectáreas de bosque perdidas al año, o unos 125 campos de fútbol a la hora, aunque desde entonces el ritmo de destrucción ha bajado.

Según datos oficiales, cerca de la mitad de los 180 millones de hectáreas que componen el territorio nacional está cubierta por bosques, lo que convierte a Indonesia en el tercer país del mundo por extensión forestal, tras Brasil y el Congo.