El fármaco impide que el virus parasite las células en una etapa diferente a aquella en la que actúan otras familias de antirretrovirales, por lo que los pacientes infectados por patógenos que se han vuelto resistentes a los tratamientos actuales no presentarán una resistencia inicial a este nuevo medicamento, ha explicado el médico del Hospital Ramón y Cajal de Madrid Santiago Moreno.

Este medicamento oral (Maraviroc) se dirige de forma urgente a los entre mil y mil quinientos pacientes infectados en España con el VIH-1 que necesitan inmediatamente nuevos tratamientos para frenar el avance de la enfermedad y en los que el virus, para contagiar determinadas células del sistema inmune -los linfocitos T-, necesita la presencia de una molécula, el correceptor CCR5.

Esta última condición se denomina tropismo CCR5 y se da en casi la mitad de los pacientes resistentes a tratamientos, ha apuntado Moreno en la presentación de este medicamento.

En estos pacientes, el VIH consigue "fijarse" a la célula a la que va a parasitar gracias a que el correceptor CCR5, presente en el exterior de la membrana de la célula, se "abre" en presencia del virus que, una vez fijado, introduce su material genético en la célula.

El antirretroviral impide la entrada del virus en la célula bloqueando los CCR5, por lo que, para que el medicamento sea efectivo, es necesario que el virus utilice los CCR5 y no usen exclusivamente, como ocurre con algunas cepas, otros correceptores, los CXCR4, para anclarse a las células.

En estudios experimentales, Maraviroc, combinado con otros antirretrovirales, redujo los niveles de VIH en sangre por debajo de lo detectable en el 45 por ciento de los pacientes resistentes a los tratamientos actuales y con tropismo CCR5, ha señalado el jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal.

Este porcentaje es el doble del que se consiguió entre los pacientes a los que se suministró los tratamientos óptimos sin Maraviroc.

El antirretroviral se suministrará posteriormente -siempre combinado con otros- a pacientes no resistentes, que se beneficiarán del nuevo medicamento en una mayor proporción, ya que en fases iniciales de la enfermedad, tienen tropismo CCR5 entre el 80 y el 95 por ciento de los casos, una proporción que disminuye conforme avanza la enfermedad, ha señalado Moreno.

El antirretroviral, que se comercializa en EEUU desde septiembre, se toma en dos dosis diarias, una por la mañana y otra por la noche y tendrá un coste diario menor de 27 euros.

Además, causa menos efectos secundarios que los originados por los antirretrovirales actuales, ya que no aumenta los lípidos y se espera que no origine lipodistrofia (pérdida de grasa en cara y extremidades y acumulación en zona abdominal), según estudios experimentales realizados.

Su suministro se condicionará a que en el paciente se detecte tropismo por CCR5, algo que sólo pueden verificar pruebas que actualmente no se realizan en España.

Sin embargo, el laboratorio Pfizer, que ha fabricado este medicamento, se encargará de realizar estas pruebas a todas las muestras de plasma de enfermos que le entreguen los médicos especialistas.