A partir del análisis de los estratos de estromatolitos procedentes del interior de Australia que se formaron hace 2.000 millones de años, el equipo científico liderado por Kevin Lepot, del Instituto de Physique du Globe de Paris, detectó esos rastros de microbios.

Entre estas estructuras microscópicas destaca el hallazgo de los cristales del mineral aragonito más antiguos encontradas hasta el momento.

Aunque los estromatolitos se asocian a menudo con las primeras formas de vida en la Tierra, algunos pueden tener un origen no biológico.

Gracias a las técnicas espectroscópicas aplicadas a nanoescala, los investigadores identificaron moléculas y estructuras microscópicas, incluido el aragonito, que indican una relación entre dichas rocas y los microbios.

Aplicada a estromatolitos de mayor antigüedad y complejidad, dicha técnica podría permitir la detección de los primeros rastros de vida en la Tierra, arrojando algo de luz sobre el debate de la creación de la vida en el planeta.