El estudio, en el que han participado el Departamento de Psicología Básica de la Universidad de Barcelona (UB), y la Unidad de Diagnóstico y Tratamiento de Demencias del Hospital Universitario de Bellvitge, concluye que la pérdida del conocimiento no se produce de manera homogénea, y que los conceptos referentes a seres vivos son más resistentes al daño cerebral que produce esta patología.

Según sus autores, las conclusiones de este trabajo pueden contribuir a conocer mejor cómo se organiza la información conceptual en el cerebro, lo que resulta valioso para diseñar nuevos programas de estimulación de la memoria para este colectivo.

En este sentido, Albert Costa, uno de los autores, ha subrayado que estos resultados sugieren que la información conceptual en el cerebro no se centraliza sólo en unas áreas concretas, como se pensaba.

Hasta ahora, en la comunidad científica había controversia sobre la posibilidad de que el deterioro de la memoria que sufren los enfermos de Alzheimer presentara patrones diferentes para conceptos referentes a seres vivos y a objetos inanimados.

El objeto de este nuevo estudio era demostrar la presencia de carencias específicas de categoría conceptual en la memoria de estos enfermos, en función de su capacidad para recordar el significado de palabras que pertenecen a diferentes categorías semánticas, como por ejemplo herramientas (tijeras, martillo), medios de transporte (camión, coche) y seres animados (vegetales y animales).

Así, el conocimiento que tenemos sobre los objetos del mundo, como saber que un avión es un medio de transporte aéreo o que una cebra tiene cuatro patas y vive en África, es el tipo de información que se encontraría almacenada en la que se conoce como "memoria semántica o conceptual".

Los resultados han demostrado que las personas sanas y los enfermos que todavía presentaban una pérdida leve de la información semántica podían recordar en general por igual el significado de las palabras que hacían referencia a objetos inanimados y a seres vivos.

Sin embargo, en los enfermos que ya habían perdido bastante información semántica, esta pérdida se había producido principalmente para aquellos conceptos referentes a objetos, manteniéndose el recuerdo de los referentes a seres vivos al mismo nivel que en los otros grupos de participantes que no sufrían la enfermedad, o se encontraban en un estado menos adelantado.

En el estudio han participado 36 enfermos de Alzheimer con una media de 72 años de edad, y un grupo de 21 adultos sanos de la misma edad y nivel escolar que los enfermos.

Los 36 pacientes, que se encontraban en una fase leve o moderada de la enfermedad, fueron divididos en dos grupos de dieciocho personas en función de si los resultados obtenidos en un cuestionario general habían reflejado una pérdida leve o grave de la información conceptual en general.

Para comprobar si la pérdida de información observada mediante el cuestionario general seguía un patrón diferente para la información referida a los seres vivos y a objetos, los autores elaboraron una prueba informatizada que llevaron a cabo todos los participantes, para medir hasta qué punto el conocimiento de las dos categorías conceptuales -seres animados y inanimados- estaba dañado en estos enfermos.