"Habría sido la primera vez que se observa el choque de un meteorito contra un planeta. Ha ocurrido millones de veces, también en la Tierra, pero nunca se ha podido observar", explicó el astrónomo del Departamento de Física de la Escuela Politécnica de la Universidad de Alicante, Adriano Campo Bagatín, que ha liderado las observaciones desde España. De hecho, estaba prevista la programación de las tres sondas que orbitan Marte para que captaran el fenómeno de forma intensiva.

Campo Bagatín explicó, en declaraciones a Europa Press, que fueron las imágenes captadas los días 6 y 7 de enero las que han permitido finalmente descartar el "esperado" choque. "De dirigirse a la Tierra, se habría generado una especie de psicosis colectiva por calcular la trayectoria exacta de este objeto que estaba previsto que chocase contra el planeta sólo tres meses después de su descubrimiento", fantaseó.

Desde que el el objeto fue descubierto el pasado mes de noviembre, las probabilidades de choque se habían incrementado de 1 a 75 a 1 a 28 a finales de diciembre, pero los últimos hallazgos reducen el porcentaje de impacto de 1 entre 10.000, es decir, prácticamente cero.

El cálculo de esta última trayectoria ha sido posible al añadir a los datos previos otros nuevos procedentes de observaciones realizadas entre el 5 y el 8 de enero por tres centros astronómicos terrestres. Junto a las de Calar Alto, también participaron el Telescopio Multiespejo 'Mt. Hopkins', en Arizona (Estados Unidos), y el Telescopio de la Universidad de Hawaii 'Mauna Kea'.

Así, gracias a estos últimos datos, científicos del 'Near-Earth Object Office' de la NASA han podido precisar aún más la trayectoria de este meteorito, denominado '2007 WD5' y descartar cualquier posibilidad de impacto en el planeta rojo. Las observaciones y los cálculos de la situación y movimiento realizadas en España fueron remitidas al Minor Planet Center de la NASA que, a su vez, los envió al Jet Propulsion Laboratory.

YA NO PUEDE OBSERVASE

En España varios astrónomos del Instituto de Astrofísica de Andalucía y del Observatorio Astronómico de Baleares participaron en este trabajo, cuya urgencia estaba acreditada por la imposibilidad a partir de hoy de continuar captando la imagen y el movimiento del meteorito, ya que el reflejo de la luna impide su visión desde la Tierra.

Por eso, Campo Bagamín dirigió una petición extraordinaria al Observatorio Astronómico de Calar-Alto para realizar las observaciones a comienzos de enero, según explicó a Europa Press el coordinador del área de Astronomía de este centro, Sebastián Sánchez.

Sánchez también destacó que el impacto de este asteroide habría permitido a los científicos observar y estudiar por primera vez cómo se forma un cráter de varios kilómetros de esta naturaleza y también analizar los componentes de la corteza de marte, que habrían sido despedidos por el impacto. Sin embargo, un choque tan deseado en el planeta rojo habría sido catastrófico de darse en la Tierra, según comentó. "En un radio de 50 a 100 kilómetros a la redonda se notaría bastante --explicó--. Sería un impacto comparable con una explosión nuclear".

Ahora, el meteorito, que cada vez es menos visible (ya que no tiene luz propia sino que refleja la del sol), seguirá su trayectoria entre Marte y la Tierra (mucho más cerca del primero) y posiblemente o se quemará con el Sol o acabará siendo espelido por la fuerza gravitatoria de Júpiter.

Sánchez, aclaró que para descartar este impacto, el Observatorio Astronómico accedió a paralizar durante tres noches otro proyecto, que estudia la estructura del Universo, dirigido por el Premio Maimónides de Investigación Mariano Moles.