El CD Zamarat acarició ayer la victoria ante uno de los grandes de la Liga, un Conquero que sufrió durante todo el partido, fue a remolque en la primera parte y se benefició de la falta de acierto de las zamoranas en el tercer cuarto para lograr una victoria en el Angel Nieto que le afianza en el segundo puesto de la tabla de clasificación, a una semana de disputar la Copa de la Reina.

El Quesos El Pastor vio cerca la victoria frente a un potente rival, pero terminó asumiendo la evidencia, aunque del partido de ayer puede extraerse la buena noticia de la recuperación de las dos lesionadas que no pudieron intervenir en el anterior encuentro en Girona pese a que Sabrina Cinili no está recupeada, ni mucho menos, de la lesión en el pie en la que ha recaído. La italiana hizo lo que pudo ayer por el equipo, pero está lejos de su mejor estado de forma que no se sabe si la afición zamorana podrá disfrutar antes de que finalice la temporada.

La de ayer era una buena oportunidad de ganarle al Conquero pues llegaba a Zamora condicionado por la difícil semana que había vivido su plantilla reclamando cobrar los salarios que le debe el club. Incluso Adaora Elonu se negó a viajar y se desconoce si continuará o no en el equipo onubense.

El Zamarat saltó a la cancha mucho más centrado en defensa que su rival al que parecía pesarle la problemática interna que arrastra y la ausencia de la que había sido la mejor jugadora de la LF en la pasada jornada. El equipo de Lucas Fernández imponía su ley en el juego interior y lograba un parcial de17-5 en los primeros ocho minutos para cerrar el cuarto con 19-10. Las naranja habían recuperado el juego coral que le ha dado tan buenos resultados cuando ha podido ponerlo en práctica.

A base de triples, las naranjas llegaron a alcanzar una ventaja de quince puntos en el segundo periodo aunque la capacidad de liderazgo de María Pina hizo que el Conquero se recuperase ligeramente para ir al descanso con 37-26. Luci Pascua no pudo en ningún momento con Sandra Pirsic y la americana Caldewell tampoco tenía mucho que hacer ante unas pletóricas Sofía da Silva y Dragi Svitlica.

Pero tras la reanudación del encuentro, el Zamarat entró en una crisis asombrosa a la que contribuyó que su rival se aplicó mucho más en defensa. Las canastas no querían entrar en el aro andaluz pese a que las jugadoras zamoranas lanzaron hasta diez tiros que se salieron materialmente del aro, y con un parcial de 0-13 y ocho minutos sin anotar el Zamarat, el Conquero se medió en el partido empatando a 37.

Afortunadamente, las zamoranas no bajaron la guardia en defensa y pudieron salvar los muebles que en otra situación le hubieran llevado a despedirse ya entonces del partido tras semejante laguna anotadora.

Pese a que Aliaga y Cinili acertaban desde los 6.75, Conquero comenzaba a mostrar su verdadero potencial, una plantilla de lujo en la que nadie echaba de menos a Elonu, María Pina se redoblaba jugando dentro y fuera, y Rosó Buch, muy gris en la primera parte, hacía ya mucho daño con sus penetraciones. Svitlica sumaba además su cuarta pesonal y se cerraba el cuarto con un 45-44 que había que considerar como un gran resultado dadas las circunstancias anteriores aunque las alarmas habían saltado ya en el equipo zamorano y en su afición que hasta entonces habían vivido plácidamente la contienda. El Conquero ya mostraba su verdadera cara, la que le ha llevado a ser segundo en la Liga, y el Zamarat mejoraba sensiblemente pero era incapaz de salir beneficiado en el intercambio de canastas. Aparecía letal la americana ex del Ferrol Haley Peters y hasta María Asurmendi que había desaparecido ante la sobra de una gran Mariona Ortiz, acertaba desde el perímetro. El Conquero punto a punto fue incrementando su ventaja y entró en el último minuto con diez puntos de ventaja tras un fallo clamoroso bajo el aro de Ortiz que, quién sabe si pudiera haber cambiado el desarrollo de los minutos finales, de haber entrado. Lo cierto es que Conquero mantuvo la calma, acertó en los lanzamientos de tiros libres y los triples de Aliaga y Cinili no sirvieron de nada porque Caldwell anotaba en los instantes finales dos canastas "de palomero" sola en la otra canasta.