Mucha ilusión existía en el seno del CD Zamarat ante la visita del vigente campeón de Liga y de la Supercopa de España. El magnífico juego realizado por el conjunto naranja en los partidos anteriores hacía prever un hermoso duelo ayer en el Angel Nieto y ni siquiera la ausencia de la italiana Sabrina Cinili, impidió que la afición zamorana disfrutase de nuevo con su equipo aunque esos momentos de gran emoción tan sólo duraron hasta el descanso.

El juego que intenta aplicar Lucas Fernández a este nuevo Zamarat se base en una enorme generosidad física de las jugadoras y eso con una plantilla tan corta puede incluso llegar a mantenerse durante los cuarenta minutos, pero frente a un "roster" de Euroliga como es el de Girona, resulta casi imposible.

Las zamoranas plantaron cara a su rival en un primer cuarto de ensueño, como hacía mucho tiempo que no se veía en el pabellón municipal: gran esfuerzo defensivo, control del rebote y del ataque interior, y buen acierto desde el perímetro. Fueron momentos de ensueño que hicieron saltar las alarmas en el Spar Girona según reconoció tras el encuentro el propio técnico catalán, Miguel Angel Ortega. El Zamarat lograba controlar a las líderes del Girona: la norteamericana Chelsea Gray y la griega Artemisa Spanou sobre las que se alternaba en su defensa varias jugadoras del equipo naranja. Además, Iliedh Simpson dejaba claro ante la afición zamorana que tiene mano para lanzar desde el perímetro. Y dos triples de la base australiana disparaban el marcador a 16-7 en el minuto 9.

El Zamarat había logrado una verdadera proeza: dejar en solo 9 puntos en el primer cuarto a todo un Girona confeccionado para hacer este año un buen papel en Europa. El equipo de Lucas Fernández seguía actuando como un disciplinado ejército en el que ninguna jugadora desentonaba e incluso la joven Laura Aliana se aumaba al festival anotador con un triple que estableció la máxima ventaja zamorana con 23-12 en el minuto 12.

Pero poco a poco Gray y Spanou se fueron liberando de sus marcadoras y el marcador comenzó a equilibrarse. Una canasta de tres puntos de Noemi Jornada ponía el 28-26 en el marcador y Chelsea Gray ponía por primera vez por delante al Girona acertando dos tiros libres tras una falta más que dudosa señalada a Van den Adel. La pareja arbitral comenzó entonces a ser muy protestado por la afición, con una serie de decisiones que poco a poco fueron limando la moral del equipo zamorano. Tras un parcial de 0/8 Lucas Fernández tuvo que pedir tiempo muerto para eviar ir al descanso en una clara desventaja que al final fue solo de cuatro puntos 32-36.

Volvió con las fuerzas repuestas el Zamarat y una "puerta atrás" de Sofía da Silva volvió a meter en el partido a las naranjas con 36-38. Aunque poco duró la esperanza zamorana porque Noemi Jordana acertaba entonces con un triple, y la pareja arbitral asturiana se empeñó en seguir persiguiendo al Zamarat con decisiones más que discutibles como fueron entonces la cuarta personal de Van den Adel o la tercera de Silva. Jordana sacó entonces a relucir su sabiduría en la lectura de los partidos, vio flaquear y ponerse nervioso a su rival, y le endosó cinco puntos consecutivos para disptar la ventaja catalana a diez puntos (38-48). Había transcurrido seis minutos del tercer cuarto, y Girona continuaba sin estrenar su casillero de faltas personales.

El Zamarat no arrojó la toalla y se mantenía vivo gracias a sendos triples de Simpson y Aliaga, y una nueva canasta de Sofía da Silva obligaba a Miguel Angel Ortega a pedir tiempo muerto tras encajar un 8-2 en dos minutos. No surtió efectos el parón en el partido porque Da Silva acertaba con un triple para poner un esperanzador 49-53, antes de entrar en un último minuto desgraciado en el que Gray, Jordana y Knezevic acertaron con el aro y las esperanzas del Zamarat se volvieron a venir abajo.

El CD Zamarat ya no fue capaz de recuperar su anterior tono de juego y su rival terminó por imponer sus rotaciones que le permitieron por contra, incrementar todavía más el ritmo en la recta final del encuentro a la que el equipo naranja llegó ya muy desgastado físicamente y cargado de personales. No arrojaron la toalla las chicas de Lucas Fernández, pero ya no era posible remontar el terreno perdido.