Denuncian abandono de la Junta tras un ataque del lobo a plena luz del día en Burgos

La asociación de Agricultores y Ganaderos Unidos de Burgos (AGUBurgos) ha denunciado la situación de abandono en la que se encuentran los ganaderos de la provincia después de que el lobo atacase a plena luz del día una explotación de Arcellares del Tozo, con resultado de dos ovejas muertas.

El ataque tuvo lugar sobre las cinco de la tarde del martes 12 de marzo mientras estaban dando de comer al ganado, ha explicado a Efe Fernando Arroyo, propietario junto con su hermano de una explotación ovina de 2.000 cabezas, en extensivo, en Arcellares.

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Fue su padre quien detectó que algo le ocurría al ganado y, si bien en un primer momento pensaron que se estaba moviendo por efecto de los perros de carea, cuando vieron sobrevolar un grupo de buitres tuvieron claro que se trataba de un ataque de lobo, a plena luz del día y a menos de 150 metros de donde estaban.

Al acercarse al lugar pudieron ver al lobo, que huyó a la carrera hacía la zona en la que se encontraba el segundo de los dos ganados de los que se compone la explotación, ha indicado Arroyo, y donde mató a otra oveja; la primera no la han podido recuperar porque se la comieron los buitres, la segunda sí.

Será esta la que presenten ante la Junta de Castilla y León para demostrar que su rebaño ha sufrido un ataque del cánido, uno más de los que sufren de manera habitual y que, según ha denunciado el ganadero, se han incrementado de manera exponencial desde el año 2019.

De media docena a medio centenar

Fernando Arroyo ha explicado que él y su hermano se hicieron cargo de la explotación familiar, que gestionaban sus padres y sus tíos, en 2019; montaron una sociedad cooperativa e incrementaron el número de cabezas, hasta llegar a las 2.000, y la presencia de mastines: tienen 17 pero han llegado a tener 20.

El número de desapariciones de animales ha pasado de una media de una docena al año a las más de 50 del 2023, un aumento que no es proporcional al incremento de la cabaña ganadera, ha matizado Arroyo, y que además están teniendo problemas para justificar ante la administración autonómica.

En Arcellares del Tozo el lobo no hace ataques masivos, sino que va directamente a comer, lo que significa que realiza un ataque "de libro": se acerca por detrás al ganado, a contra viento, pilla a una de las ovejas más rezagadas, la engancha por el cuello, la mata y se la lleva.

El animal desaparece y los restos son engullidos en pocos minutos por los buitres, así que Arroyo no tiene forma de demostrar ante la Junta que esas desapariciones de ganado son fruto del ataque del lobo, que asegura que está muy presenten en la zona, aunque los ganaderos no se atrevan a denunciarlo públicamente.

Hartazgo tras una multa de 3.000 euros

La gota que ha colmado el vaso en esta explotación ganadera burgalesa ha sido el ataque a plena luz del día, que ha llegado después de que la Junta de Castilla y León les abriera un expediente sancionador en 2024, con multa de 3.000 euros, por supuestamente tener el ganado en condiciones de abandono.

La administración se ha amparado en la cifra de ovejas desaparecidas, dato que ha obtenido de los controles voluntarios a los que se somete la explotación para erradicar una enfermedad respiratoria que apenas tiene incidencia en la ganadería extensiva, denuncia Arroyo.

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La sanción, que no han abonado, está recurrida pero el ganadero asegura estar harto de esta situación, de ahí que tras años de ataques se haya animado a hacer pública su denuncia, amparado por AGUBurgos, que lamenta que "en lo que se refiere al lobo, la Junta le aplica al animal la presunción de inocencia".

"Se pone toda la carga de la prueba sobre el ganadero y si este no puede demostrar que la desaparición o muerte de sus animales ha sido causada por el lobo, no se le indemniza ni los datos entran en las estadísticas de muertes causadas por lobo. Por otro lado las indemnizaciones son ridículas y llegan muy tarde", ha criticado la organización agraria.