María Victoria Mateos: “El médico no tiene por qué tener siempre una bata puesta y estar visitando pacientes continuamente”

La hematóloga zamorana del Hospital de Salamanca ha recibido el Premio Castilla y León de Investigación Científica y Técnica e Innovación

La zamorana María Victoria Mateos.

La zamorana María Victoria Mateos. / David Arranz - Ical

Distinguida, entre otros reconocimientos, como la mejor investigadora clínica del mundo en mieloma, María Victoria Mateos (Zamora, 1969) es también profeta en su tierra al ser acreditada con el Premio Castilla y León de Investigación Científica y Técnica e Innovación. La hematóloga del Hospital de Salamanca elogia el ecosistema generado en la capital del Tormes para ejercer su labor y su entorno en la Comunidad Autónoma para avanzar en el tratamiento del mieloma, su especialidad, y en la inmunoterapia como el futuro más esperanzador para combatir el cáncer, en general. Defiende la necesidad de conciliar la actividad clínica con la investigación y la profesionalización, a nivel laboral, de la figura del investigador.

-Han sido muchos reconocimientos a lo largo de su trayectoria, especialmente en los últimos años. ¿Qué supone acreditar el galardón más prestigioso de Castilla y León?

-Para mí es un gran reconocimiento. Sabemos que la Junta de Castilla y León organiza ya desde hace muchos años estos premios anuales con los que reconoce a gente que hace cosas excelentes en diferentes facetas. Con lo cual, el haber sido elegida para el premio de Investigación Científica me hace sentir realmente muy agradecida. Porque, además, muchas veces es difícil ser profeta en tu tierra. A veces, en tu propio entorno local, es donde más complicado es que te reconozcan lo que haces, sea más o menos importante. Con lo cual, más que agradecida.

"He desarrollado toda mi carrera profesional en Castilla y León"

-¿En Castilla y León se dan las condiciones adecuadas para tener una buena proyección a nivel de investigación científica?

-Como todo, esto depende de a quién le preguntes y de cómo le haya ido. Yo tengo que decir que he desarrollado toda mi carrera profesional en Castilla y León. Soy de Zamora, estudié en Valladolid, me formé en Salamanca, he seguido trabajando en Salamanca y, realmente, he desarrollado toda mi actividad en Castilla y León, y yo he encontrado el ambiente adecuado. Es cierto que uno no puede considerar el lugar donde vive como el factor que condicione tu éxito en investigación, tiene que ser tu persona, tu esfuerzo, el ambiente en el que trabajes y, fundamentalmente, el equipo con el que trabajes. Yo tengo un gran equipo y un gran grupo de colaboradores en Salamanca, en Castilla y León. En la enfermedad a la que yo me dedico, el Grupo de Gammapatías de Castilla y León, colaboramos mucho a nivel de investigación y lo expando más allá, a nivel nacional y a nivel internacional. Con lo cual, yo puedo decir que, desde mi perspectiva, por supuesto que sí. Uno no puede asumir que los éxitos o los fracasos tengan relación con el sitio específico o con la comunidad en la que desarrolle su actividad y, para mí, el ambiente es perfecto. Siempre me han dejado combinar la asistencia con la investigación clínica y eso es porque existen modelos adecuados o nosotros, como Servicio de Hematología, hemos sido capaces de crearlos. Y, obviamente, nuestros superiores, la Gerencia de Salud de Castilla y León, no nos han puesto impedimentos.

Mieloma

-¿En qué punto está la investigación sobre mieloma?

La situación ahora mismo es excelente. De hecho, acabo de estar en Berlín, en una actividad educacional únicamente centrada en mieloma donde había aproximadamente 200 personas de toda Europa, también de Estados Unidos. Todos acudieron a escuchar innovación que hay en mieloma. Si se generan este tipo de actividades educacionales y la gente viene es porque existe esa necesidad y porque hay una gran cantidad de avances. Tenemos mucha innovación terapéutica en esta enfermedad. Hemos conseguido, además, grandes avances. Era una enfermedad que hace dos décadas tenía una supervivencia que no llegaba a los dos años y ahora muchísimos pacientes viven más de diez y de 15 años. Con lo cual, la expectación es enorme y yo tengo que decir que la investigación clínica, la investigación traslacional y la investigación básica, realmente, son excelentes en el campo del mieloma.

-¿Se acerca el momento en el que se pueda hablar de curación?

En Berlín volvió a salir el término de curación. Es relevante decir que ese término antes prácticamente nunca se mencionaba. Yo creo que estamos en el camino en tanto en cuanto nosotros diseñamos ensayos clínicos y generamos estrategias en las que nos planteamos la potencial curación de pacientes con mieloma. Yo creo que es un punto de partida óptimo. Los ensayos están en marcha y, eso sí, necesitamos tiempo y largo seguimiento para ver, realmente, que curamos a pacientes con mieloma. En cualquier caso, lo que sí que es una realidad es la cronificación de la enfermedad en la mayoría de pacientes. Hay algunos, es cierto, que tienen características de mal pronóstico que son un gran reto para nosotros y a esos pacientes no les podemos garantizar la misma supervivencia que al resto. Es por ello por lo que también nuestros esfuerzos están dedicados a esos grupos de pacientes que tienen peor pronóstico.

-¿Cómo está avanzando la aplicación de la terapia CAR-T en este tipo de enfermedades?

-En mieloma, realmente, han demostrado resultados muy positivos en pacientes en fases avanzadas de la enfermedad, pacientes que no tenían ya ninguna opción terapéutica. Y los resultados son espectaculares. De hecho, las agencias reguladoras en Estados Unidos y también en Europa la han considerado apropiada y la han aprobado para sus pacientes. El problema, y es un gran reto que tenemos en España y en otros países, es el reembolso. Es decir, la financiación de esa terapia para que esté disponible en los hospitales españoles. Eso todavía está pendiente. Están bajo negociación con el Ministerio de Sanidad y ese es el gran reto. Pero la eficacia está demostrada. De hecho, ya tenemos datos también muy positivos utilizando esta terapia CAR-T en fases más precoces. En junio, en Chicago, se van a presentar los datos de CAR-T en pacientes en recaídas precoces. Serán muy buenos y cambiarán, un poco, el paradigma de tratamiento. Será una opción, sí o sí, para el paciente en primeras recaídas. Pero, obviamente, necesitamos tenerlo disponible en España y en otros países europeos. Hay ya pacientes que están ya recibiendo la terapia CAR-T en la primera línea de ensayo clínicos. Tenemos que esperar. Incluso, en fases precoces, en el mieloma asintomático, en este año 2023 empezaremos un ensayo clínico en España con la terapia CAR-T. El proceso de esta terapia es más complicado de poner en marcha y ese es el motivo por que el ensayo clínico en mieloma asintomático todavía no ha empezado. Pero, claramente, la situación es muy buena desde el punto de vista de la investigación. Ahora, lo que necesitamos es que vaya llegando a los pacientes en todos los países.

Investigación

-¿Qué papel ocupa Salamanca, con su ecosistema, su nuevo Complejo Asistencial, su Universidad y sus centros asociados, en la investigación sobre este tipo de enfermedades?

El ecosistema es perfecto. Nos trasladamos a un hospital nuevo, con el cual, yo tengo que decir que estoy encantada. Yo me dedico a ensayos clínicos, y tenemos una Unidad para esto que invito a todo aquel que quiera venir a verla porque, realmente, es espectacular. Tenemos espacio, tenemos herramientas, tenemos personal, con lo cual, el hospital nuevo y las instalaciones que tenemos para investigación clínica son extraordinarios. Pero tú mencionas el ecosistema y es tremendamente importante. Tenemos la Universidad, tenemos el Ibsal, que nos da soporte y que es clave para nuestro desarrollo en la investigación clínica porque nos gestiona absolutamente todo, siempre con facilidades y nunca con problemas. El Ibsal es clave. Y tenemos el Centro de Investigación del Cáncer, donde hay una gran cantidad de gente que se dedica a la investigación básica, a la investigación traslacional, con los cuales tenemos que interaccionar para entender por qué hay pacientes que responden y por qué hay pacientes que no. Porque ellos nos generan modelos de eficacia que podemos trasladar después a la práctica clínica. Y, en añadido, si necesitamos, tenemos un ecosistema de ciencias básicas, de biología, de farmacia, de bioquímica, que nos pueden dar un soporte tremendo. Creo que cuando decimos que Salamanca es puntera en investigación de manera global se debe, por supuesto, a personas válidas, pero a que trabajamos en un ecosistema, también, muy muy válido.

"Desde el punto vista de la hematología, o de la medicina, creo que necesitamos crear nuevos modelos donde se profesionalice la investigación"

-¿Hay recursos suficientes para investigar, tanto a nivel de financiación como de personal?

-Siempre se puede pedir más, por supuesto. Desde el punto vista de la hematología, o de la medicina, yo creo que necesitamos crear nuevos modelos donde se profesionalice la investigación. Se está haciendo. Hasta ahora, el investigador era, casi por definición, una persona que trabajaba en precario y yo creo que eso no puede ser nunca más. La investigación tiene que profesionalizarse. Existe una Ley de la Ciencia que va en esa línea y yo espero que, a lo largo del tiempo, los investigadores estén absolutamente profesionalizados. Y, con respecto a la medicina en particular, quizá también los sistemas tengan que cambiar y se tenga que reconocer que el médico no tiene por qué tener siempre una bata puesta y estar visitando a pacientes continuamente. Necesita también espacio y tiempo para poder investigar. Y la rutina y la asistencia clínica diaria, pues nos puede comer absolutamente todo el tiempo. Por lo tanto, ahora mismo, y a través del Ibsal, existen intensificaciones que nos permiten dedicarnos no al 100 por 100 a la actividad clínica, sino tener espacio dedicado a la investigación. Ese modelo de intensificación que ahora tenemos a través del Instituto de Salud Carlos III o a través del Ibsal debería incorporarse un poco a los planes estratégicos de los hospitales para generar innovación y para generar conocimiento científico Porque si no la actividad rutinaria y la asistencia a los pacientes come absolutamente todo el tiempo. 

"Si uno quiere dedicarse a la investigación, si uno tiene claro el objetivo, lo que no puede es perderlo de vista"

-¿Qué le dice a los jóvenes, especialmente a las mujeres que, como usted, quieren dedicar su vida a investigar?

-El mensaje es bastante sencillo. Si uno quiere dedicarse a la investigación, si uno tiene claro el objetivo, lo que no puede es perderlo de vista. Y no dejarse influenciar por otras cosas externas que aparezcan. Es decir, ni por ser mujer, ni por tener familia, ni por el cuidado de hijos. Todo es factible, todo es posible. Por supuesto, a costa de esfuerzo. Hacer investigación o llegar a un determinado punto de éxito no está libre de esfuerzo. Yo muchas veces digo que, es cierto, los fines de semana los tienes que incorporar a menudo a tu agenda de trabajo. A lo mejor tienes menos vida social que otras personas. ¿Por qué? Pues porque, obviamente, la investigación, de cualquier tipo, siempre requiere mucho tiempo. Pero si uno quiere hacerlo, desde luego no puede poner, por ejemplo, el ser mujer como una barrera porque creo que no es necesario. Y no debe uno perder el foco y continuar y seguir. Y al final, se puede conseguir.

-¿Cuáles son los desafíos más inmediatos en investigación?

-En el campo de la medicina, en el campo de la oncología, en general, las nuevas estrategias de inmunoterapia son parte del futuro. Es decir, todos tenemos un sistema inmune que, cuando estamos sanos, nos funciona perfectamente y nos defiende de todas las agresiones. Y lo hemos visto como una gran oportunidad para utilizarlo para reforzar el sistema inmune en el caso de cualquier cáncer y para luchar contra los tumores. Esto que, en principio, parece fácil no es tan sencillo y es por ello por lo que supone uno de los principales retos en investigación. Una vez que se tienen las estrategias de inmunoterapia, como ocurre en algunas enfermedades hematológicas, pues, por supuesto, seguir investigando porque no todos los pacientes responden, entonces hay que ver cuáles son los mecanismos de resistencia, ver cómo se pueden complementar y, al final, buscar enfermedades, en el caso de la hematología y de la oncología, que puedan ser curables para la mayoría de los pacientes. Yo creo que ese es el principal reto que tenemos en investigación.