La Guardia Civil y la Policía Nacional han registrado siete denuncias por sumisión química en Castilla y León en los últimos meses aunque ninguna de ellas arrojó el resultado de positivo. En concreto, cinco tuvieron lugar en los cuarteles de la Benemérita y dos en las comisarías del Cuerpo Nacional de Policía de la comunidad pese a que uno de los hechos tuvo lugar en otros lugares de España. 

Unos datos que la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, relacionó hoy con el “miedo social” que existe en la población y, sobre todo, entre las mujeres, con los posibles pinchazos o se le echa una sustancia a una víctima sin su consentimiento que altera su nivel de conciencia y anula su voluntad. No en vano, recordó que durante el pasado fin de semana ha habido una “docena y media” de actuaciones de mujeres que creían que podrían haber sido víctimas de la sumisión química aunque los análisis fueron negativos en cuanto a sustancias sedantes como ketamina y burundanga.

Protocolos

Con motivo de una reunión en la sede de la Delegación del Gobierno en Valladolid con los responsables de la Policía Nacional y Guardia Civil para revisar los protocolos de actuación en casos de sumisión química, Barcones apuntó que en Castilla y León, de momento, no hay ningún caso que haya dado resultado positivo pero aseguró que ha habido “muchas” actuaciones por que se ha generalizado ese sentimiento de inseguridad y miedo entre las mujeres. 

“No solo tienen que estar seguras sino también sentirse protegidas por que preferimos acudir a 5.000 llamadas sobre este tipo de hechos aunque, al final, los resultados sean negativos a que exista una sola que sea verdad y que por miedo a llamar pueda quedar sin esclarecer y el autor esté impune”, sentenció. De ahí que animara a que cualquier persona que tenga la “más mínima” sospecha debe avisar a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.