La Sociedad de Medicina de Familia de Castilla y León (Socalemfyc) denunció hoy que varias gerencias de área de Sacyl están ofreciendo contratos en Atención Primaria a médicos graduados que carecen de esta especialidad para ejercer en el sistema público, así como asistencia encubierta por entidades privadas sin el control garantista de la administración pública. A su juicio, se trata de algo "ilegal e inseguro para los pacientes", por lo que exigen a la Consejería de Sanidad que no arriesgue con la salud de la población, respete la legalidad europea y ponga en marcha una política más activa con recursos materiales y humanos adecuados, además de estrategias de fidelización de profesionales recién formados, con contratos competitivos con otras comunidades. 

“Exigimos a la Consejería de Sanidad y a la Gerencia regional de Salud que cese estas prácticas ilegales y se inicien los cambios necesarios tras más de seis meses de inactividad en la reorganización del sistema de salud público, dotándolo de los recursos materiales y humanos adecuados”, explica Eduardo Lamarca Pinto, el presidente de esta sociedad científica, que cuenta con más de 1.000 asociados.

A juicio de la formación, la situación de la Atención Primaria en Castilla y León "sigue siendo muy precaria", ya que carece de los recursos humanos, de la inversión necesaria y de una estrategia de optimización de recursos que responda a las necesidades actuales de la población y del sistema sanitario, explican en un comunicado. 

Falta de recursos

Te puede interesar:

El deterioro del primer nivel asistencial está afectando a todo el sistema de salud y pone en riesgo la salud presente y futura de la población, lo cual se lleva avisando desde hace años desde la Sociedad de Medicina de Familia de Castilla y León (Socalemfyc), que ve como a la falta de recursos adecuados (inversión y personal) se suma la cada vez más precariedad de los médicos de familia con consultas que superan los 50 pacientes diarios, precisan.

"El principal problema de los pacientes actualmente es que sus médicos de familia continúan desbordados, con agendas sin control por falta de personal y una pandemia que todavía sigue afectando a este nivel". La falta de tiempo por la escasez de profesionales, índice que mide la calidad asistencial, repercute en la detección temprana de enfermedades y conlleva la inadecuada atención a los pacientes crónicos, así como al necesario seguimiento de los programas de cribado temprano de patologías graves, muchas de ellas mortales. “Nunca nos hemos mantenido pasivos y ante esta grave situación, deteriorada tras la pandemia con profesionales agotados, sin reconocimiento y con sus pacientes más insatisfechos tenemos que alzar la voz”, denuncia Lamarca.