Ha pasado de ser un gran desconocido a vicepresidente de la Junta de Castilla y León tras el pacto entre Vox y PP que ha permitido a Alfonso Fernández Mañueco seguir al frente de la Junta de Castilla y León. Juan García-Gallardo, burgalés, pasa a ser el Abascal de Castilla y León, es decir, la cabeza visible de Vox en la comunidad autónoma.

Su primera intervención en las Cortes como portavoz del grupo ha servido para repartir a todos: a Luis Tudanca (PSEO), a Francisco Igea (Ciudadanos) y a Pablo Fernández (Unidas Podemos). Eso sí, ha agradecido a Mañueco "no haber cedido a presiones".

Católico, deportista y abogado

Con 30 años, García-Gallardo ha vivido en Madrid en los últimos años para desarrollar su carrera profesional como abogado en un bufete familiar. Deportista, asiduo a la equitación y aficionado "tardío" a la tauromaquia, se reconoce como católico practicante -"pero no de misa diaria"- y un enamorado de los viajes y del conocimiento de otras culturas.

Pronóstico cumplido

Los pronósticos se cumplieron ayer. Como estaba previsto Alfonso Fernández Mañueco (PP) fue elegido ayer lunes para un segundo mandato como presidente de la Junta de Castilla y León, con la mayoría absoluta de los votos de los grupos Popular y Vox. Y todo fruto del acuerdo de gobierno entre los dos socios, a pesar de contar con el “no” de toda la oposición, desde los socialistas a UPL-Soria Ya, Unidas Podemos, Ciudadanos y Por Ávila.

La votación, que comenzó con la procuradora Beatriz Coehlo (PP), se resolvió con 44 votos a favor (PP y Vox) y 37 votos en contra y cerró la sesión de investidura que comenzó a las 12.00 horas con la intervención de Fernández Mañueco que expuso su programa de gobierno para esta XI Legislatura, que comenzó el pasado 10 de marzo, tras las elecciones autonómicas del 13 de febrero, las primeras adelantadas de la historia de la comunidad. “Vamos a hacer bien las cosas”, afirmó el presidente.