Los pronósticos se cumplieron ayer. Como estaba previsto Alfonso Fernández Mañueco (PP) fue elegido este lunes para un segundo mandato como presidente de la Junta de Castilla y León, con la mayoría absoluta de los votos de los grupos Popular y Vox- Y todo fruto del acuerdo de gobierno entre los dos socios, a pesar de contar con el “no” de toda la oposición, desde los socialistas a UPL-Soria Ya, Unidas Podemos, Ciudadanos y Por Ávila.

La votación, que comenzó con la procuradora Beatriz Coehlo (PP), se resolvió con 44 votos a favor (PP y Vox) y 37 votos en contra y cerró la sesión de investidura que comenzó a las 12.00 horas con la intervención de Fernández Mañueco que expuso su programa de gobierno para esta XI Legislatura, que comenzó el pasado 10 de marzo, tras las elecciones autonómicas del 13 de febrero, las primeras adelantadas de la historia de la comunidad. “Vamos a hacer bien las cosas”, afirmó el presidente.

Durante el debate, Fernández Mañueco y Luis Tudanca se cruzaron duros reproches, a los que también se unió Pablo Fernández, tanto por el pacto con Vox como por los anuncios sobre la violencia de género o la memoria histórica. El popular acusó a Igea, quien le reprochó “mentir y no tener palabra”, de haber “dinamitado” el anterior acuerdo de gobierno.

En la presentación de su programa, que se prolongó durante una hora, el candidato anunció una bajada del IRPF autonómico en su primer tramo para todos los contribuyentes este mismo año en el marco de una “revolución fiscal” a lo largo de esta legislatura, junto con un plan anticrisis de 400 millones con medidas para aligerar la factura energética para empresas y familias.

Fernández Mañueco dedicó su intervención inicial a defender su acuerdo con Vox, que le facilita la formación de su segundo gobierno de coalición, y aseguró que refleja la voluntad expresada en las urnas el 13 de febrero, cuando el PP obtuvo 31 escaños y la formación de Abascal 13. “Plasma la única alternativa viable”, resumió.

Sin embargo, la defensa de su pacto con Vox, con la aseveración de que será “beneficioso para la calidad democrática” fue cuestionada por la oposición. El socialista Luis Tudanca, especialmente duro, lo acusó de que “pagará ante la historia por abrir la puerta a la extrema derecha” a la que en Europa, como ocurre ahora en Francia, se pone un “cordón sanitario”.

En la misma línea, Pablo Fernández (Unidas Podemos) manifestó que en “Europa se avergüenzan” del pacto con Vox en Castilla y León y también afirmó que, por ello, “pasará a los anales de la historia”. “Para nosotros es un drama que sea presidente, nada esperamos de su mandato”, zanjó.

“Tiene usted el raro honor de ser el primer político español que se humilla ante la ola de intolerancia, xenofobia y machismo que suponen las políticas y los hechos de Vox”, calificó Francisco Igea, su anterior vicepresidente, que tildó de “disparate” que Fernández Mañueco envíe a Juan García-Gallardo a Europa en representación de Castilla y León.

Violencia de género

El popular dejó en el hemiciclo su proclama de que se mantendrá la ley contra la violencia de género, aunque se apruebe una en materia de violencia intrafamiliar, como demanda Vox. “Y lo digo alto y claro, vamos a mantener la Ley de Lucha contra la Violencia de Género. No vamos a dar un paso atrás en los derechos reconocidos. Ni mucho menos”, aseveró.

También, mantuvo, sobre otra de las exigencias de su socio, que antes del 30 de junio se iniciará la tramitación de una normativa en materia de concordia, como elemento de reconciliación y para evitar “la utilización de la historia para dividir a los españoles”.

“Hoy pide la investidura a esta Cámara para conformar un gobierno contra las mujeres, contra los trabajadores y trabajadoras, contra los sindicatos, contra el diálogo social, contra el Parlamento. Y el grupo parlamentario socialista votará no”, proclamó Tudanca, que se definió “feminista” y se “rebeló” contra “la equidistancia”.

También, Pablo Fernández advirtió de que no darán un paso atrás en violencia de género y Francisco Igea miró a las procuradoras del PP para preguntar qué ha dado Vox para que miren para otro lado, donde se respondió que igual no investigar lo ocurrido en las residencias durante la pandemia.

El dirigente socialista, que acusó al popular de actuar “tarde” ante la crisis de precios de los carburantes por la invasión de Ucrania, demandó que se tramite con urgencia la modificación de la nueva ley contra la violencia de género. “No puede romper, por seguir en el poder, todo lo bueno que hemos construido entre todos. No puede, No lo haga”, advirtió también en relación a la nueva normativa de concordia.

Fernández Mañueco, en presencia de Santiago Abascal, defendió el estado de las autonomías y las políticas aplicadas por la Unión Europea. Para la etapa de gobierno con Vox, ofreció la aprobación de once leyes, entre ellas de desarrollo y competitividad rural, de atención residencial –de la pasada legislatura– o de derechos de las personas mayores.

A las peticiones específicas de UPL y de Soria ¡Ya!, el primero incidió en reivindicar la autonomía de la Región Leonesa y el segundo en el trato dado a su provincia, una de las que más población ha perdido en estos años, el popular replicó que no está a favor de “privilegios” y que él no es “el Sánchez de Castilla y León”.

En sus primeras palabras a la prensa, tras superar la votación del pleno de investidura que siendo consciente de que “lo que estaba en juego era el futuro de Castilla y León, de las personas de Castilla y León, les hemos ofrecido un Gobierno solido y estable para los próximos cuatro años”.