La consejera de Sanidad, Verónica Casado, abogó ayer por adoptar medidas de reordenación y reorganización del sistema de formación de profesionales sanitarios con el objetivo de “romper el pronóstico” y lograr acabar con el déficit en 18 especialidades en Castilla y León, como ocurre con Medicina de Familia, Pediatría, Anestesiología, Cardiología y Traumatología, entre otras.

Lo dijo minutos después de clausurar la “Jornada regional sobre formación sanitaria especializada”, que se celebró en el Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid, donde reiteró que se trata de una de las “debilidades” importantes del sistema, que está pagando ahora la falta de planificación de los últimos años.

En este sentido, recordó que hace 25 años el Ministerio de Sanidad encargó un estudio a dos catedráticas Canarias que ya indicaron lo que iba a pasar, y que se ha cumplido a rajatabla. Una de ellas, Beatriz González López-Valcarcel, asistió ayer a la jornada en Valladolid, e incidió en la necesidad de planificar y gestionar, de contar con las herramientas necesarias para hacer pronósticos, plantear cambios, pero también de contar con políticas que apuesten por estabilizar a los profesionales y alinear sus intereses con los de la organización.

Casado insistió en la importancia de aumentar la formación de especialistas siempre de manera ajustada a las necesidades, porque existe un “disbalance” tanto en especialidades como entre comunidades autónomas. Reiteró que es consciente de que el déficit de especialistas es hoy una “debilidad importante” del sistema, que pasa por aumentar el número de especialistas en formación; trabajar en cómo cubrir las jubilaciones a corto y medio plazo, y una reordenación interna del sistema que pasa por aprovechar al máximo las potencialidades de los profesionales.

Para ello ve necesario aumentar las cifras de tutores acreditados, figuras “claves” que quiere incentivar, y de los que destacó su labor para transmitir conocimientos y habilidades.