La Junta de Castilla y León autorizaba, al cierre de esta edición, el retorno a sus casas del millar de vecinos que tuvieron que ser evacuados de sus casas ante la proximidad de las llamas del incendio que se declaró el pasado sábado entre los municipios abulenses de Navalacruz y Cepeda de la Mora.

El presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, visitó el puesto de mando del incendio de Navalacruz. | Ical

En una nota a los medios, el delegado territorial de la Junta en Ávila, José Francisco Hernández, anunciaba esta decisión, ha considerado la noticia un “avance” y ha agradecido a los afectados su “comprensión”.

Se trata de los vecinos del municipio de Sotalbo y su pedanía de Palacio, así como los habitantes de Villaviciosa y Robledillo, dos anejos de Solosancho, muchos de los cuales tuvieron que abandonar sus casas en la madrugada del viernes al sábado, cuando el fuego se recrudeció. Según ha recordado Hernández, todos fueron desalojados “por peligro de sus viviendas y entornos urbanos en los que vivían” y algunos de ellos acudieron al espacio habilitado por el Ayuntamiento de Ávila a tal efecto.

La Junta mantenía el nivel 2 de peligrosidad, en una escala de 0 a 3, para este incendio que continuaba activo, con un perímetro de entre 70 y 90 kilómetros y que ha quemado “no menos de 12.000 hectáreas”. “Se trabaja en unas condiciones adversas, con unas fuertes rachas de viento” que estaba previsto que amainaran a partir de las 21.00 horas de ayer y que también bajara considerablemente la temperatura, señalaba anoche el delegado de la Junta.

Será el momento en el que el contingente de más de 500 personas desplegado “va a hacer una labor muy importante”, ya que existe “la creencia equivocada de que solo son los medios aéreos son los que sofocan los incendios”, aunque sí tienen una parte importante, ha añadido.

El dispositivo cuenta con más de veinte medios aéreos, diez técnicos desplazados a la zona, diecisiete cuadrillas de tierra, dieciocho camiones autobombas, veintiséis agentes medioambientales, tres buldócer, treinta cuadrillas de especialistas en la lucha contra incendios forestales (ELIF) y siete helicópteros.

Por parte del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico se incorporan varias dotaciones de la Unidad Militar de Emergencias (UME), doce brigadas de investigación de incendios forestales (BRIF), un avión de coordinación y 4 helicópteros de varias comunidades. En la actualidad solo permanece cortada al tráfico la carretera AV-905, del kilómetro 22,000 al 46,000, tras abrirse el tramo del kilómetro 9,000 al 35,000 de la AV-900, entre Navalmoral y San Juan de la Nava.

Precisamente en esa zona se concentran los esfuerzos del operativo para impedir que las llamas alcancen las localidades de Navalmoral y San Juan del Molinillo.

El incendio forestal de Navalacruz y Cepeda de la Mora es el mayor de los registrados en España el pasado fin de semana en medio de una ola de calor que ha generado un alto riesgo en muchas regiones.

Se prevé la “estabilización general del perímetro” del fuego, de unos 80 kilómetros, en las próximas horas, aunque eso no significa su control, según indicaron desde la Junta de Castilla y León. Este fuego se declaró a las 10.44 horas del pasado sábado a la altura del kilómetro 38 de la N-502 (Ávila-Córdoba), donde comenzó a arder un coche, y desde ese punto las llamas se extendieron hacia el monte.

Ayer, el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, visitaba el Puesto de Mando Avanzado (PMA) instalado en la localidad abulense de El Barraco, para comprobar la evolución del incendio. En esta visita, que no había sido anunciada de manera oficial, Fernández Mañueco estuvo acompañado, entre otros, por el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, el delegado territorial de la Junta, José Francisco Hernández, y el presidente de la Diputación provincial, Carlos García. El jefe del Ejecutivo autonómico fue informado de la situación del fuego. Durante la visita al Puesto de Mando Avanzado, el presidente de la Junta de Castilla y León no realizó declaraciones a los periodistas, aunque fuentes de la Junta señalaron que el despliegue de medios se concentraban en flanco sur.

Colectivos del Valle del Tiétar han expresado su malestar por lo ocurrido en Ávila y han denunciado que miles de hectáreas son arrasadas cada año “sin que los grupos políticos actúen a la altura de las nuevas circunstancias de cambio climático”.

“Todos a una”, para impedir que las llamas lleguen a sus pueblos

Los vecinos de los municipios de la cara sur de la Sierra de la Paramera vivieron este lunes con gran angustia el avance de las llamas, pero con una idea muy clara, había que ponerse “todos a una” para intentar que el fuego no se aproximara a sus pueblos. Y el esfuerzo fue incansable, pues mientras algunos cogían sus máquinas del campo para hacer cortafuegos, otros se encargaban de la intendencia, subiéndoles comida y agua. Así pasaron la madrugada del lunes la mayoría de ellos, en vela y mirando al monte, con todo el humo y las pavesas cayendo sobre sus cabezas y con el temor de ser evacuados y tener que dejar atrás sus viviendas y bienes más preciados, mientras algunos grupos de personas se esforzaban en frenar el avance del incendio. Es el caso de Jesús Meneses, vecino de Villarejo, que explicaba que estaban “tratando de hacer todo lo posible, pero con mucha angustia”. “Nosotros con las máquinas hemos estado haciendo cortafuegos desde el domingo, lo que hemos podido, porque por esta zona no vino nadie, nos tuvieron abandonados todo el día”, asegura este vecino de Villarejo, que explica que “a última hora llegaron los de la UME En Navandrinal, la situación vivida fue similar, según explica Mode Jiménez. “La noche la hemos pasado en vela, intranquilos, pero a la vez dando tranquilidad y paz a quienes nos encontrábamos por la calle y ayudando a la UME a mover sus vehículos por las calles estrechas”, comenta, pues “las llamas las teníamos muy cerca y de hecho en dos ocasiones nos han dicho que estuviésemos preparados por si nos tenían que evacuar, aunque mientras no nos digan nada no nos movemos porque entorpeceríamos la subida y bajada de vehículos de extinción”, advierte. Esta vecina de Navandrinal, que colaboró subiendo bocadillos y bebidas, reconoce que el domingo “solo estaban los del Ayuntamiento y vecinos”.