El COVID-19 sigue haciendo mella en el sector turístico de Castilla y León. Tanto es así que incluso este 2021 se ha comportado incluso peor que el año pasado en el primer semestre, si bien es cierto que los meses de enero, febrero y parte de marzo transcurrieron con cierta normalidad en este ámbito económico en el ejercicio anterior. De este modo, la comunidad recibió entre enero y junio un 38,3% menos de visitantes foráneos, con un total 124.525 (frente a los 202.000 del mismo periodo de 2020), con un gasto de 52,3 millones. Lejos quedan los más de 540.000 visitantes que arribaron a las nueve provincias en 2019, en prepandemia, cinco veces más.

Según datos de la Estadística de Movimientos Turísticos en Fronteras (Frontur) y de Gasto (Egatur) del Instituto Nacional de Estadística, los principales países emisores entre enero y junio fueron, como ha sido históricamente, los franceses, con 54.646 visitantes. Es decir, un 43% de todos los extranjeros que alcanzaron tierras autonómicas provenía del estado galo. Uno de cada cinco, el 20% lo hacía desde Portugal. Ambos países vecinos suman casi dos de cada tres visitantes en el periodo de estudio, algo también lógico por ser los más cercanos y contar con más facilidades de movilidad.