La Red Transnacional Atlántica (RTA) exige que la próxima revisión de la Red Transeuropea de Transportes (TEN-T) y sus corredores debe garantizar la interconexión entre las redes básica y global para la accesibilidad a todos los territorios, especialmente a las zonas periféricas y rurales de la Unión Europea, cuyo desarrollo económico y social depende de la calidad de la infraestructura de transporte.

Así lo recoge el documento “Hacia una revisión de la TEN-T para el espacio atlántico”, presentado ayer en una jornada programa por el Consejo Económico y Social (CES) de Castilla y León y que abrieron el presidente de esta institución, Enrique Cabero, y el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones.

De esta forma, la propuesta RTA en sus ocho prioridades pide la finalización de las obras pendientes comprometidas, si bien considera que el objetivo de tener ejecutadas las obras de la red básica en 2030 no debe suponer que se abandonen o suspendan las de la red global (2050), ya que considera que irá en contra de objetivos tan importantes como la cohesión territorial o la necesidad de una mayor capilaridad.

Ruta de la Plata

En concreto, demanda el desarrollo de las autopistas ferroviarias entre Portugal, España y Francia y agilizar las conexiones transfronterizas entre País Vasco y Francia, y entre Galicia, Castilla y León y Extremadura con Portugal. También pide acabar con el aislamiento de zonas, para lo que pide completar el Corredor Atlántico con las conexiones entre Andalucía, Extremadura y Castilla y León a través de la Ruta de la Plata. También ve necesario completar las conexiones de Normandía, Bretaña, País del Loira y Nueva Aquitania y más al norte, las transfronterizas entre los puertos de Irlanda y los del norte y noroeste de Francia.

El presidente del CES de Castilla y León, Enrique Cabero, aseguró que “no puede ser que el proyecto del Corredor Atlántico se diluya en el tiempo” y demandó fijar fechas y presupuestos “realistas” para ejecutar las actuaciones previstas para 2030 en la red básica y en 2050 en la global. Esto, añadió, ayudará a generar oportunidades, combatir la despoblación y ayudará a frenar el cambio climático.

Por su parte, el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, exigió al Gobierno de España que utilice los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia para renovar el ferrocarril del noroeste para que pueda homologarse e incluirse de forma definitiva en la próxima revisión de la Red Transeuropea de Transportes (RTE-T), prevista a partir de 2023.

Suárez-Quiñones aseguró que existe una “oportunidad de oro” debido a los “miles de millones” que Europa destinará al desarrollo ferroviario en los estados miembros.

Por ello, instó al Gobierno, como titular de las líneas ferroviarias, a incluir estas actuaciones en su programa de recuperación con el fin de que el Corredor Atlántico adquiera el “dibujo correcto”, de forma que además del eje desde Fuentes de Oñoro (Salamanca) a Miranda de Ebro (Burgos) se incorporen los ramales hacia Valladolid, Palencia y León, para desde estas zonas conectar con los puertos de Asturias de Gijón, Avilés, así como desde Ponferrada, con los gallegos. “Es nuestra gran misión de futuro”, dijo Juan Carlos Suárez-Quiñones, quien insistió en la importancia de utilizar de forma adecuada los fondos.