El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, pidió ayer criterios médicos de los expertos y acuerdo entre comunidades y Gobierno en el Consejo Interterritorial de Salud en la decisión de retirar las mascarillas en espacios exteriores dado que existe división entre las autonomías.

“Todos quieren que las mascarillas desaparezcan pero hay que actuar con prudencia”, sostuvo Fernández Mañueco en una rueda de prensa en la que presentó un balance del primer mes de vigencia de la supresión en la práctica del impuesto de donaciones.

“Oportunidad política”

“Hay más oportunidad política que criterio científicos”, indicó sobre el anuncio de Pedro Sánchez.

Cuando algunas comunidades han aconsejado sobre la propuesta de Sánchez de que las mascarillas no serán obligatorias en exteriores desde el 26 de junio, Fernández Mañueco lamentó que el presidente saliera “corriendo a dar la noticia”, cuando existe división entre las comunidades, y recordó que la consejera de Sanidad, Verónica Casado, ha recomendado su uso en grandes aglomeraciones,

“Hubiera tranquilizado escuchar al comité de expertos”, aseveró, para añadió que es “una cortina de humo” del presidente ante la aprobación de los indultos para los políticos del ‘procés’ catalán.

Los facultativos piden una normativa clara ante el fin de las protecciones

El Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) insta al Gobierno a regular el uso de las mascarillas en espacios abiertos y acotar bien las condiciones en las que se suprimirán, puesto que si no se mantiene la distancia de seguridad se producirán nuevos repuntes en verano. Su consejo es el de que “se definan y acoten bien los términos dispositivos” de la supresión de la obligatoriedad de las mascarillas en espacios exteriores. Los médicos están preocupados porque, con una mayoría de población aún sin vacunar, “en las bulliciosas calles y plazas de las fiestas veraniegas de España nadie utilice mascarilla” a partir del próximo sábado y que “al entrar y salir de los locales aledaños a las mismas, cada vez menos personas se protejan con ellas”. El CGCOM critica que la vacuna haya servido para promover “inexplicablemente una euforia sobre el fin de la pandemia que se ha anticipado demasiados meses sobre la realidad objetiva” que, a día de hoy, es de “lenta y progresiva” mejora en la incidencia.