La Junta de Castilla y León apuesta por repetir en el curso escolar próximo la presencialidad segura en todos los niveles y etapas con un protocolo que contempla la creación de los grupos burbujas para los niños más pequeños, el establecimiento de la distancia entre personas de 1,5 metros, el uso de la mascarilla para los mayores de seis años en todo momento, y el desdoble de aulas, lo que obligará a mantener los 1.300 profesores de refuerzo que se contrataron para hacer frente a la pandemia del COVID. Además, se permitirán las actividades físicas individuales y colectivas, que no impliquen un contacto físico continuado mientras que las extraescolares en las aulas de los centros se generalizarán desde el inicio.

Estas son algunas de las principales medidas que recoge el nuevo “Protocolo de organización y prevención en los centros educativos de Castilla y León para el curso escolar 2021-2022”, presentado ayer por la consejera de Educación, Rocío Lucas, quien subrayó el “éxito” de las medidas implantadas el curso que ahora finaliza que han permitido a la comunidad ser el único territorio que ha conseguido la presencialidad en todas las modalidades de enseñanza, incluida la Formación Profesional. “Fuimos muy ambiciosos, evitando la semipresencialidad por la que se decantaron la mayor parte de las autonomías y, nueve meses después, las medidas que entonces se establecieron han resultado ser efectivas y se ha logrado garantizar un derecho fundamental que es la educación”, incidió.

En este sentido, valoró que se mantuviera la asistencia a las aulas en los momentos más duros de la pandemia como en el mes de enero, cuando en el periodo de quince días se acumularon hasta 400 clases en cuarentena.

En este sentido, y la vista de los “buenos” resultados, la consejera anunció que las medidas previstas a adoptar para el próximo curso serán “muy similares” a las puestas en marcha en el actual con el objetivo de continuar con la presencialidad y la seguridad. De ahí que la idea trasladada por Rocío Lucas es que cabe la posibilidad que se vaya a pecar de exceso ya que la previsión es que el nuevo curso se desarrolle en mejores condiciones epidémicas por el alto grado de vacunación de la población de Castilla y León. “No debemos bajar la guardia y es necesario establecer medidas preventivas contra el COVID”, añadió, pese a que supondrá un nuevo esfuerzo presupuestario, que superará los cien millones de euros. De ahí, por ejemplo, que se mantenga la figura del equipo coordinador COVID en cada centro tras una “magnífica” labor y un “gran esfuerzo”.

Según lo previsto por la Junta, el número de escolares por aula será de 22 como norma general, pudiendo llegar excepcionalmente a 25. Cuando la transmisión sea muy baja, y exista un estado de nueva normalidad, se permitirá la interacción entre distintos grupos estables de convivencia, sobre todo al aire libre y el patio. Además, a medida que los estudiantes cumplan seis años será obligatorio el uso de mascarillas.

Para el resto de niveles educativos, será obligatorio el uso de mascarilla y en todos los casos se deberá respetar la distancia de seguridad de 1,5 metros entre estudiantes, pese a que el ministerio da la opción de reducirlo a 1,2 metros. El número de estudiantes por aula no podrá sobrepasar las ratios máximas de cada enseñanza. Es decir, será de 25 alumnos para Primaria, 30 para Secundaria y 35 en Bachillerato.