El vicepresidente de la Junta y portavoz, Francisco Igea, denunció ayer que todas las medidas del Gobierno central frente a la despoblación “perjudican a Castilla y León”. En concreto, se refirió a las políticas que afectan a ferrocarriles, carreteras o instalaciones militares, entre otros. En este punto, felicitó a una cadena de radio que consiguió lo que el propio Igea no ha logrado, que es que el secretario de Estado para el Reto Demográfico, Francisco Boya, visite Valladolid. “Le escribí el 12 de febrero y él se ha reunido con la radio y la oposición, pero no ha tenido tiempo de reunirse con el consejero del ramo a pesar de pasar por Valladolid. Se puede ser sectario, pero uno tiene que atender sus labores”, le afeó.

Igea insistió en que este miércoles su departamento volvió a mandar una carta a Boya para manifestar la “más absoluta repulsa por la manera que tiene de entender su trabajo”. “Es una falta de respeto a la comunidad, no a los partidos. Digo yo que si tiene tiempo para acudir a un programa de radio en Valladolid, debería haberlo tenido desde hace más de tres meses con el consejero encargado”, sentenció.

Durante su rueda de prensa de ayer, el vicepresidente también tuvo duras palabras para el procurador del común, que el martes presentó en las Cortes su informe sobre el impacto del COVID en las residencias de la comunidad, donde relacionó la mortalidad en los centros con la limitación en las derivaciones de enfermos a los hospitales. Tras estas palabras, Igea calificó ayer de “falto de rigor” el informe por su “opinión”, con un “comentario de un comentario” sobre lo sucedido en las residencias. “No hay evidencia que sustente una afirmación de tal magnitud”, dijo. En ese sentido, el vicepresidente reconoció que le “sorprende desagradablemente” que en una “cosa tan seria” como el Informe del Procurador del Común se introduzca una “opinión”, al tiempo que apuntó que trataba de mantener la “tranquilidad” y el “respeto” que merece la institución propia de la comunidad. Insistió en que 1.812 residentes fallecieron en los hospitales y 1.145 en los propios centros.