La recaudación tributaria de la Junta en Castilla y León cayó un 9,8% en 2020 en el año de la pandemia del COVID, con 67,2 millones de euros menos que fueron a parar a las arcas de la administración autonómico en concepto de tributos cedidos y propios. Los ingresos por impuestos de 616,7 millones vinieron lastrados por los efectos de la fuerte crisis sanitaria en la comunidad, que se dejaron sentir de forma especial en el de transmisiones patrimoniales, con un descenso del 12,2%, al pasar de 212,1 a 186,1 millones de euros, y en la tasa sobre el juego, con un descalabro del 43,7%, hasta los 38 millones. Se trata de dos tributos que están “muy ligados” a la actividad económica, como es el sector inmobiliario y el juego.

En total, la comunidad recaudó 520 millones que corresponden a tributos cedidos por el Estado, que suponen un 11,5% menos que en 2019, a los que se suman 70,3 millones de impuestos propios y otros 26,2 millones de tasas.

Entre los del primer capítulo destacan aquellos vinculados al mercado inmobiliario y la compraventa de viviendas, es decir, los impuestos sobre Transmisiones Patrimoniales y sobre Actos Jurídicos Documentados. Ambos evolucionaron en negativo, un 12,2% el primero, hasta los 186,1 millones y un 15,7% el segundo, con 72,8 millones.