"Insuficiente". Así ve el colectivo Jóvenes de Castilla y León el plan de retorno "Pasaporte de vuelta", un programa de ayudas de la Junta de Castilla y León para motivar el retorno de los emigrantes a Castilla y León al entender que el número de posibles beneficiarios es "irrisorio en comparación con los datos de emigrados" y porque "solo contempla a los que están en el extranjero", cuando el mayor flujo es hacia otras comunidades de España.

Precisamente cuando hoy, miércoles, se celebra el segundo aniversario de la revuelta de la España Vaciada, el colectivo reivindica "la urgencia de frenar la migración juvenil por la falta de oportunidades". En este sentido, el nuevo programa de la Junta "está condenado a ser pasajero, no a largo plazo, por no tener detrás el respaldo de una matriz de iniciativas centradas en el empleo".

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, en 2019 dejaron Castilla y León más de 30.000 personas mientras que solo regresaron 2.496.

Te resumimos los tres "grandes problemas" que, según el colectivo Jóvenes de Castilla y León, tiene el plan de retorno "Pasaporte de vuelta":

-Se deja de lado la emigración a otras comunidades autónomas.

-Las ayudas directas son un parche a corto plazo.

-No cubren ni el 0,2% de los casos de emigración. Su partida presupuestaria, de 211.000 euros, es "insuficiente pues la horquilla a percibir por cada emigrante retornado va desde los 2.500 euros a los 5.500 euros, lo que implica que tan solo podrán beneficiarse de 50 a 60 personas frente a las casi 30.000 que cada año abandonan Castilla y León".

Jóvenes de Castilla y León ha reivindicado a través de sus iniciativas "Retos de Futuro ante la Covid-19" y "Propuestas al anteproyecto de la Ley de Dinamización Demográfica de la Junta de Castilla y León" la necesidad de un Plan Inclusivo de Retorno con objetivos específicos para personas en situación de vulnerabilidad y exclusión social que no se limiten al retorno del talento. A su juicio, "debe de tenerse en cuenta a la población flotante".

Testimonios desde la diáspora

Rosalía, de Soria, residente en Madrid: "Tuve que irme a los 18 años de mi pueblo y, tras media vida luchando por volver, solo he podido regresar temporalmente por la pandemia. Mi única solución es el teletrabajo".

Javier, de Ávila: "Solo pido una oportunidad laboral relacionada con mi formación y con condiciones dignas. Como no las encontré, tuve que irme a Madrid".

Rodrigo, de Salamanca: "Me fue porque allí el Ministerio no ofertaba contratos para hacer el doctorado, por lo que también acabé en Madrid, al igual que toda mi gente".

Silvia, de Segovia: "Estudio Telecomunicaciones en Madrid, de donde no creo que pueda irme porque en Castilla y León el futuro está negro en mi sector".

Andrea, de León: "Pido ayudas a jóvenes investigadores en las universidades de Castilla y León para comenzar nuevas líneas de investigación".