Los casos de acoso en las aulas de Castilla y León disminuyeron más de un 60 por ciento en el curso 2019-2020 debido al confinamiento de los alumnos en el último trimestre. En concreto, la Consejería de Educación contabilizó 20 casos, frente a los 54 del curso precedente. No ocurrió lo mismo con los relacionados con el ciberacoso, que se mantuvieron en cifras similares al curso lectivo anterior. En concreto pasaron a 40, frente a los 38 registrados en el 2018-2019. 

La consejera de Educación, Rocío Lucas, ha presentado el informe de "Convivencia del Observatorio de la Comunidad de Castilla y León", y recalcó que las estadísticas están marcadas por la suspensión de la enseñanza presencial durante el tercer trimestre, ya que los incidentes que se analizan se basan en la convivencia y el contacto dentro de los centros.

En cuanto a la suma total de incidentes por acoso, confirmados o no, en el curso anterior, se elevó a 331, frente a los 446 del curso anterior y los 541 que se registraron en el correspondiente a los años 2017-2018. 

Al igual que con las incidencias generales, el acoso tiene un perfil masculino, ya que seis de cada diez son hombres. Sin embargo, el ciberacoso la proporción de alumnas aumenta hasta sobrepasar al 50 por ciento (seis de cada 10).

La participación de las mujeres en conflictos relacionados con la disfunción escolar, con los conflictos directos con alumnos y profesores aumentaron. En cuanto al alumnado reincidente y multirreincidente se produjo, según apostilló Lucas, un descenso del 16,45 por ciento y del 19,13 respectivamente con respecto al año anterior.

La suspensión de la actividad presencial a partir del mes de marzo provocó, según la titular de Educación, un fuerte descenso en todo tipo de incidencias en este periodo, en algunos casos superiores al 90 por ciento. 

Además, un total de 200 alumnos recibieron ayuda psicológica, tras el período de confinamiento, ya que sus progenitores detectaron que tenían miedo a interactuar con otros ante el riesgo de contagio.