El vicepresidente, portavoz y consejero de Transparencia, Ordenación del Territorio y Acción Exterior de la Junta, Francisco Igea, ha hecho un llamamiento a la “rebelión cívica” e insta a Castilla y León a autoconfinarse “por voluntad propia” porque la situación es de “extrema, extrema gravedad”, reiteró. “Que se queden en casa en la medida de lo posible y no salgan más que para lo estrictamente necesario. Todo el tiempo que puedan y sin mantener relaciones con no convivientes”, alertó.

Igea defendió que no tiene sentido cerrar más sectores de actividad económica, sino adoptar medidas para limitar todo lo posible el contacto social, como el adelanto del toque de queda, vigente en la comunidad desde el pasado sábado.

El vicepresidente pidió al ministro de Sanidad, Salvador Illa, que extendió también al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que se ponga en la piel de los profesionales de la sanidad ante el aumento de contagios y el incremento de los ingresos en planta y UCI de los hospitales. Al respecto, señaló las horas que estos profesionales están metidos en los equipos de protección mientras ven nuevos ingresos y las urgencias “abarrotadas” ante una situación en la que la pandemia avanza. Igea insistió en demandar al Gobierno que se ponga al lado de los ciudadanos que ven “con preocupación como avanza la enfermedad” y recalcó que ante ello se debe actuar con “determinación y convicción” para frenar los contagios. “No se alienta el conflicto político”, remarcó.

Por otro lado, la consejera de Sanidad, Verónica Casado, aseguró que los hospitales de Castilla y León aún tienen “colchón” para poder subsistir y no colapsar, aunque alertó de que si se sigue al actual ritmo de contagios, se podría alcanzar una situación “complicada, extrema y grave”. Así lo dijo Casado en su comparecencia a la finalización del Consejo de Gobierno, donde aseveró que no se alcanzará la situación de colapso “en tiempo”.

Aunque trasladó su preocupación por la cobertura de las plazas de UCI, reconoció que las UCI extendidas “todavía se pueden extender más”, al tiempo que confió en que la situación epidemiológica que se vive en la comunidad pueda mejorar en los próximos días una vez que hagan efecto las medidas restrictivas que se están adoptando.

Casado puntualizó que el colapso hospitalario se registra cuando se llega “casi a la parálisis” y las unidades de críticos acumulan más de 500 personas. “Intentamos evitar el colapso de todas las maneras posibles”, bien sea mediante la reorganización de los centros hospitalarios y también a través de los planes de contingencia existentes.

Casado trasladó su preocupación también por la “sobresaturación” en la Atención Primaria, lo que impide que pueda llevar a cabo actuaciones preventivas “al ritmo que lo hacía antes”, lo que puede demorar la detección de otras enfermedades de gravedad. Por ello, la consejera abogó por “normalizar lo más posible” la situación e intentar que los datos de esta tercera ola disminuyan rápidamente. Por último, volvió a aludir al “indicio” de que la “pared” de casos nuevos “se tumbe un poco” y confió en que en los próximos días se produzca “un descenso”.