El aire que se respiró en Castilla y León durante el año pasado continuó siendo bueno y en algunos lugares, excelente, según el avance de datos provisionales que ha elaborado la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León. En el informe destaca la reducción de los niveles de óxidos de nitrógeno, muy vinculados al tráfico y a la actividad industrial, como consecuencia de la situación de confinamiento derivado del estado de alarma decretado en marzo del año pasado.

Respecto al ozono, contaminante secundario, no hubo variaciones, con registros por encima del valor objetivo de protección a la salud en los valles del Tiétar y el Alberche, en la provincia de Ávila, y en las montañas del sur de la comunidad, y no fue necesario activar en ningún momento el protocolo de aviso y protección a la población a través del 112.

Por duodécimo año consecutivo, además, Castilla y León no registró superaciones de los valores límite de protección a la salud marcados por la normativa española y europea respecto a los contaminantes primarios que respiramos.