La Policía Nacional ha detenido en Valladolid a cinco personas como presuntos autores de los delitos de pertenencia a grupo criminal, contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, contra los derechos de los trabajadores, contra la seguridad social y falsedad documental. La investigación se inició en el mes de noviembre de 2019 cuando una de las víctimas que residía en Valladolid y se encontraba en situación irregular, consiguió escapar de la trama y denunció lo que le estaba ocurriendo.

Esta persona narró a los agentes cómo al entrar en las redes de este grupo fue aislada en un domicilio controlado por ellos, a la vez que le retiraron su pasaporte y le entregaron la documentación de otra persona por si las autoridades le identificaban. Además, le obligaron a cumplir jornadas maratonianas sin descansos y recibiendo como salarios pequeñas propinas sin ningún tipo de regulación, viviendo bajo una amenaza constante por su situación de irregularidad administrativa.

El grupo, según fuentes policiales, creó dos sociedades mercantiles con aparente legalidad, ya que realizaban contratos con agricultores para trabajos en el campo y cumplían sus obligaciones sociales y tributarias contratando a una mínima parte de sus empleados legalmente. Pero realmente, estas sociedades servían para enmascarar una contratación masiva de trabajadores en situación irregular para faenar en la agricultura.

Reagrupamiento

Pero esta no era su única fuente de ingresos de la trama, dado que también se dedicaba a confeccionar y tramitar documentación para sus ‘clientes’ a la carta, según los requisitos que los demandantes de sus servicios tenían que cumplir para regularizar su situación en España. Así, tramitaba solicitudes de reagrupamiento familiar o bien para poder acceder al cobro de prestaciones o subsidios.

Para ello elaboraban contratos laborales o empadronamientos ficticios, altas en Seguridad Social fraudulentas, contratos de alquiler de vivienda sin residir en la misma, etc.

Este grupo, según las mismas fuentes del CNP, contaba incluso con clientes que residían fuera de España y trataban de conseguir el visado correspondiente para entrar en territorio nacional. Dependiendo de lo solicitado, la cuantía podía variar, entre los 250 euros por la documentación más básica y los 3.000 euros en casos más complejos.